— Christine Everhart. — Me extendió la mano, la cuál rechacé. Pero ante ese acto de mi parte, ella puso su mano sobre mi hombro.

—No me toques, no, si no quieres que te meta un tiro. —Rápidamente saque mi arma y estaba apuntando a su garganta.

—¡______! POR DIOS. — Grito Pepper asustada. — Happy haz algo. — Empujó a Happy hacía mi.

— Yo tengo miedo. — Dijo Happy ya casi a punto de llorar.

Giré ambos ojos y bajé el arma.

— Feliz cumpleaños atrasado, cuñadita. Bueno, se que fué hace tres meses. Lo hubiésemos celebrado juntas, pero Tony dice que pasas mucho de viaje por el trabajo...¿Cuánto cumpliste? ¿Veintitrés, verdad?. — Dijo Christine como si nada, fingiendo amabilidad.

— Mantente lejos, zorra. — Advertí y salí escoltada por Happy y Potts.

Iba a ser una larga noche en el casino.

●●●

—Son la siete de la mañana. — Anunció Jarvis, las persianas comenzaron a levantarse de forma automática.

— Jarvis, bajalas por favor... — Suplique, a penas me había acostado hace una hora. Beber, chicos, casino y dinero al mismo tiempo no era buena idea. La resaca me estaba golpeando fuertemente. Pero sin más opción entre a la ducha y me cambié de forma rápida.

Me arrastré prácticamente hasta la sala de estar, dónde me esperaba Happy con un batido verde natural.

—¿Como es que te ves tan bien? — dije a Happy, quién presumio de su buen aspecto.

Me senté como pude en el sofa.

—¿Tony, bebé?¡ Vuelve a la cama! — Escuche la voz de Christine.

— Dile que se calle o le meto un tiro. — Susurre a Happy.

Esté solo sonrió pero nego rápidamente.

Christine bajo semi desnuda con una camiseta forma y transparente de Tony. Happy se quedo embobado viendola.

— ¿Sabes donde esta Tony? — Me preguntó la rubia.

— ¿Me ves cara de punto de información?.

La rubia se giró y me dio la espalda, por los reflejos de los cristales podia ver sus malas muecas.

— Señorita, Christine. — Mencionó  Pepper.

—¿Señorita? — Me burle.

— Aquí está su ropa. — Pepper traía en sus manos la ropa que hace unas horas le vi a Christine. Parecía que se había llevado a la tintorería.

— La famosa Pepper Potts, tanto tiempo trabajando para Tony y te continúa tratando como su criada— dijo la rubia con arrogancia.

A simple vista se le notaban los celos a ambas.

— Si, continuó trabajando para él y en lo que requiera el señor Stark. Ya que como criada también implica en ocaciones sacar la basura — Dijo Potts con superioridad, entregandole los zapatos a Christine.

Quité el seguro a mi arma y me acerqué a ambas mujeres, colocandome en medio de ambas.

—Largo de ésta casa.

Christine se rehusó ante mi orden. Disparé al techo, haciendola asustar y huir rápidamente. Miré a Potts, quién sonreía victoriosa.

Hace cinco años que conozco a Pepper, no tenía la más mínima duda en que era la mujer perfecta para Tony. Ambos se gustaban, pero Tony es un tanto difícil cuanto de relaciónes sería se trataba, en toda mi vida le había conocido una a penas.

Un largo viaje // Steve RogersWhere stories live. Discover now