Capítulo 25

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Bese la mejilla de Sarah y la cubri con la manta

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Bese la mejilla de Sarah y la cubri con la manta.

—Te amo, mi pequeña.— Susurre sobre su mejilla mientras limpiaba mis lágrimas.

—¿Ya te vas?.— Me pregunto Tony.

Cogí mi mochila y asentí.

—_____, Sarah a penas tiene tres meses. — Él suspiro. —Puedo ayudarte.

Nege.— Nadie puede hacerlo. — Susurré. — No unos simples mortales.

—Podemos pedir ayuda a Thor, Odin sabrá como ayudarte. — Tony me siguió hasta las escaleras de la primera planta.

—NO. — Grité. — Cuida de Sarah, no se cuánto tardaré en volver, pero nesesito repuestas.— Cerre la puerta principal de golpe y me dirigí al auto sin intención de retornó. Conduci decidida hasta ir al aeropuerto.

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Katmandú, Nepal.

—Kamar-Taj. — Leí el nombre principal del local. Suspiré hondo y toque un par de veces la puerta.

—¿Si, quién es?.— Pregunto una voz desdé adentro, su intención no era de abrir.

—Busco... a la médico.— Dije y me aleje un poco de la puerta, esta se abrió dejando ver a un chico de estatura media, moreno y con ojos rasgados.

—¿Tu nombre?.

—_______ Stark. — Sonreí falsamente, el chico era muy serio y me hacía sentir algo incomoda.

—Adelante, quitate el calzado. — Dijo el hombre y abrió más la puerta.

Tras atravesar el marco quite mis zapatos y los deje sobre una estantería que había ahí. El hombre me llevo por todo aquel lugar, podía ver adolescentes y adultos entrenar artes marciales. Era tan perfecta la coreografía de todos a un mismo compás.

—Todos recto. — Dijo el hombre y me señalo un pasillo oscuro. Dude por unos instantes ya que no tenía muy buen presentimiento del lugar, era como si el aura me estuviese queriendo decir algo.

—"Adelante, no hay porqué tener miedo".— Dijo una voz en mi mente, era muy distinta a la voz proveniente mia de mis pensamientos. Trage saliva pesadamente y avancé en el pasillo, la puerta al final de esta se abrio sola dejando ver a una mujer de piel blanca.

—¿Que hace alguien como tú, aquí?.— Ella me miraba de reojo mientras servía un té.

Entre a lo que parecía un despacho muy antiguo pero con solo un escrito, una silla y con ella dentro. La puerta se cerro y la silla frente al escritorio se movio, dandome a entender que me sentará.

Un largo viaje // Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora