Capitulo 8: Diferente al amor

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Quizás para alguien de dieciocho años, estés muy mayor. Sin embargo, para otro de cincuenta, aun eres joven. Izuku, la edad es relativa, nadie está muy tarde ni temprano para nada. Cada quien maneja su vida en sus propios tiempos. – Hitoshi siempre tenía las palabras correctas para tranquilizarme.

Luego de aquella conversación, decidí no darme por vencido. Ahora que me había prometido concentrarme en mí y no pensar en enamorarme por un buen tiempo, puse manos a la obra en mi vida. Como dijo Shouto, era hora de que la recuperara, tal como Touya estaba haciendo con la suya.

Mantuve mi mente centrada en mi arte, tomando la mayor cantidad de clientes que podía. Ya no tenía que limitarme porque quería verme con Eiji. Llegaba a casa tarde, exhausto y aunque la limpieza y los quehaceres eran tareas mías, Kyoka y tú nunca me dejaban hacerlo solo. De hecho, en algunas ocasiones me ordenaban ir a descansar mientras ustedes se ocupaban de todo.

La incomodidad inicial se fue en tanto les iba conociendo. Kyoka era fría y distante en apariencia. Cuando llegabas a su corazón, entendías que no lo era tanto y nos volvimos buenos amigos. Nos quedábamos conversando hasta tarde en la noche en mi habitación, la acompañaba los fines de semana a comprar discos que luego ponía a todo volumen en el departamento y me obligaba a bailar con ella cuando bebía. En algunas ocasiones, también bebía un poco. En todas ellas, el alcohol me cayó mal y terminé durmiendo en medio de ustedes dos.

Nunca sucedió nada. Tú eras completamente heterosexual y me constaba que los valores de Kyoka le impedirían traicionar a quien sea. Eso no te impedía el quejarte constantemente de por qué ella era más atenta conmigo que contigo.

Bueno, no puedo negar que pocas veces la vi ser cariñosa contigo, al contrario de mí.

Me abrazaba diciendo que le parecía tierno, me permitía acostarme en su regazo y jugaba con mi cabello. Tenía una paciencia inmensa en enseñarme a tocar la guitarra y disfrutaba de ver documentales sobre músicos famosos conmigo.

Denki, tú te ponías celoso mientras yo sentía que me veía como a un hijo.

Al cabo de seis meses, dejaste los celos de lado y te uniste a Kyoka en ese consentirme. Me hicieron parte de ustedes, como una familia. Si estaban contentos, me incluían en su felicidad. Si ustedes peleaban, yo debía estar de intermediario. Nuestra relación estaba dos peldaños por encima de la amistad y unos muchos más, por debajo de una amorosa.

Éramos parte de una unidad, pero yo sabía que mi parte de esa unidad, era irrelevante. Ustedes eran la pareja ahí, no yo; y esa comodidad que sentía estando juntos, me daba miedo. Aun sabiendo que esto no era más que amistad, ya sentía como caía en las garras de la dependencia y no quería eso en mi vida otra vez. Decidí que mi tiempo compartiendo con ustedes, llegó a su fin.

Había sido un buen año a su lado, estar con ustedes me había mantenido tranquilo, alejado de toda tentación de buscar cariño en otras personas. Logré concentrarme en mi trabajo y finalmente, empezaba de hacerme un nombre entre los tatuadores de la prefectura.

¿No eres feliz con nosotros? –fue lo primero que cuestionaste cuando los reuní en la noche.

Denki, Kyoka, era muy feliz con ustedes; pero debía alzar vuelo por mí mismo.

Kyoka lo entendió. Tú me quitaste el habla por una semana y solo volviste a dirigirte a mí, a condición de que me mudara muy cerca de ustedes. Conseguí un mini departamento a pocas cuadras. Ustedes pasaban por mi nuevo hogar constantemente, venían a cenar, a ver películas, a conversar, incluso se quedan a dormir.

Al final, todo parecía seguir igual y me dieron el difícil trabajo de ser directo.

Necesito tiempo y espacio para mí solo.

Entre espinas, tú [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora