Recorrió los pasillos y cruzó salones hasta detenerse en la segunda planta, ni siquiera golpeó la puerta.
Etienne se volteó hacia ella con sorpresa.

—¿No te han enseñado que...?

—No hay tiempo tullido —le espetó de mala manera, y se acercó para mostrarle la pantalla del celular.

Etienne frunció el ceño y giró su silla de ruedas con el brazo sano.

—¿Otra vez?

—Solo hazlo.

—¿Sebastian lo sabe? —cuestionó alzando una ceja. La sola mención de su nombre le hizo hervir la sangre. Una peligrosa combinación entre amor y odio.

—No está —respondió cruzándose de brazos—. Apresúrate, que no tengo tiempo.

Etienne inclinó un poco su cuello. Una posición que cada vez le costaba más conseguir a medida que perdía la total movilización de sus vertebras.

—¿Se puede saber qué haces en todas estas coordenadas? Es la quinta vez que me lo solicitas este mes, ¿cuándo dirás la verdad? ¿Tiene algo que ver con la batalla? ¿Descubriste algo que no nos has dicho?

—Solo haz lo que te pido, sin preguntas —ordenó con un siseo. Etienne entrecerró los ojos.

—Sabes que podría negarme —la desafió, ella sonrió, como siempre lo hacía cuando las Estrellas olvidaban quién era la más poderosa dentro de esa casa.

—Y tú sabes que si no haces lo que te pido puedo dejarte atrapado para siempre en un ciclo sin retorno en la peor condición de tu enfermedad —lo amenazo con un susurro acercándose a su rostro—. Siempre agonizando y jamás poder morir, debe ser horrible ¿no? ¿Sabes cómo es el final de esta enfermedad de mierda que tienes? Si no me ayudas, sabes que puede ser mucho peor.

Etienne soltó aire por la nariz en una respiración profunda. Ni siquiera el amo del tiempo y del espacio tenía poder sobre ella.

Nadie lo tenía.

Solo Sebastian.

E incluso a él podía dominar con su poder, pero el amor que le tenía era tan grande que simplemente no podía hacerlo.

Era esclava de esa emoción.

Era esclava de él.

Y era algo que nunca estuvo en sus planes.

—¿Siempre irás con amenazas por delante? Sabes que aún así si le digo a Sebastian que cruzas el portal a escondidas, aunque me castigues eternamente, él sabrá que le estás ocultando algo —contraatacó. Liana sonrió curvando una mueca—, y si algo me pasa será la prueba perfecta para que crea que lo engañas, mocosa. De lo contrario, ¿para qué ocultar la evidencia?

—Entonces hazlo por tus amigos —respondió amenazante—. Si no quieres que Dimitri quede atrapado para siempre al interior de una pesadilla, que la imbécil de Isis se asfixie, que Alejandro quede sordo y mudo, o que Meiling pierda la noción de la realidad, entonces harás lo que te pido.

El hombre cuadró su hombro sano y la miró entornando los ojos, sus labios se movieron en una mueca de repulsión. Ambos se mantuvieron en silencio por un momento.

—Déjame ver los números de nuevo —le pidió con resignación, y ella le mostró el celular por no más de tres segundos, luego se lo quitó inmediatamente. Él respiró hondo y alzó la mano. Hizo un suave giro en el aire y Liana sintió el golpe del viento al abrirse el vórtice justo delante de un pequeño estante lleno de libros. Etienne miró al otro lado del túnel con curiosidad—. ¿Dónde diablos estás yendo esta vez, Kamali?

Ella dio un par de pasos sin responder. Siempre atravesar de un lugar a otro le revolvía el estómago y la mareaba al punto que tenía que descansar un par de horas para que sus chakras se alinearan nuevamente y su sistema nervioso se estabilizara. Respiró profundo, debía mantener la compostura y la calma.

Se volteó por encima del hombro y entrecerró los ojos de forma amenazadora.

—Ninguna palabra a Sebastian, o, ya sabes —dijo pasando uno de sus dedos por el cuello como si fuera una navaja—. Piensa en el equipo —sonrió con malicia, y luego ordenó—: Vuelve a abrir el portal dentro de seis horas.

Y atravesó vórtice que se cerró a su espalda al momento de pisar la arena al otro lado.

 El cambio de temperatura fue un golpe a todo su cuerpo. Cayó de rodillas, sintió la arcada y la presión en el estómago, entonces vomitó.

Pero ya estaba del otro lado.

El celular volvió a sonar: Lo sacó de su pantalón y miró la pantalla con la vista borrosa.

"Network 10"

Respiró hondo y soltó el aire mientras un mareo la invadía de manera brutal. Entonces cayó sobre la arena, sin poder levantarse. Odiaba viajar de un país a otro de ese modo.
Solo esperaba tener las horas suficientes para poder estabilizarse, hacer lo que debía y regresar a tiempo a Cambridge.

...

NOTAS

A ver, aquí hay mucho más de lo que se dice.

No quiero entrar en explicar los detalles porque quisiera que ustedes mismos lo descubrieran, es como jugar a encontrar las pistas jeje.  ¿Alguna vez jugaron Notpron? 
Ya más adelante, les iré soltando más información al respecto.

Los interludios no se darán en todos los capítulos, solo si es necesario.

Los interludios no se darán en todos los capítulos, solo si es necesario

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Crossroads • A Través del Tiempo {Libro 1}Where stories live. Discover now