¿Cuantas vidas atravesarías para estar con el amor de todas tus existencias?
Robin y Sebastian se han enamorado a lo largo de seis vidas y en todas murieron tragicamente.
En la séptima, ambientada en la actualidad, ninguno se recuerda, pero las pesa...
Notas: La mitad de este capítulo es algo engorroso, pero básicamente quiero resaltar que si bien en las historias de fantasía los "héroes" (porqué aquí nadie lo es) aceptan su destino con calma y casi con fortuna, Robin, está pasando por un delirio donde ya no discierne la realidad de la fantasía, lo de ella no será rápido, no me gusta que se solucionen de golpe las cosas, ustedes lo saben, aunque sí habrá un avance al respecto de su "salud mental". Este capítulo será el detonante para que las cosas cambien.
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CAPÍTULO XXV
EL MUNDO QUE DEJÓ DE SER
ROBIN
La agarraron por las axilas cuando se disponía a asestarle a Kamal un golpe en la quijada. Fue jalada hacia atrás y un súbito mareo la invadió. El mundo daba vueltas, no entendía nada. Estaba aterrada, perdida y confundida; más de lo normal. ¿Qué había ocurrido?
Había tenido sueños extraños, pero jamás como el de la noche anterior. Nunca había soñado con espejos, y por primera vez se veía frente a un túnel repleto de ellos que la rodeaban cual laberinto. Intentaba encontrar la salida, pero a cada paso que daba, su reflejo chocaba con ella. Se contemplaba en cada imagen, en todas lucía aterrada, no encontraba la salida, no sabía por dónde buscar.
Hasta que escuchó su nombre. Cuando giró la cabeza se encontró a sí misma llamándose desde uno de los reflejos que estaban hacia el final de una larga hilera, pero, a medida que se iba acercando, su imagen iba cambiando, y ya no era ella, era su madre. Era Eydis tal y como a recordaba. Corrió hacia ella, estiró la mano y cuando alcanzó el espejo, chocó. Eydis, desde el otro lado, le sonrió con tristeza.
"Tienes que encontrarte..."
Le había dicho.
Gritó, la llamó, golpeó el espejo, pero solo consiguió que el vidrio se trisara. Y su madre seguía del otro lado, viéndola con tristeza.
"Perdóname por no habértelo dicho antes..."
Se despertó de golpe en una sala que no era la suya, sobre un sofá que no conocía y con su padre durmiendo de una forma bastante incómoda a sus pies.
Entonces gritó. Todo era inverosímil. Recordaba el día anterior pero comenzaba a dudar de su cordura. Noah dio un salto de susto y trató de calmarla, pero ella solo buscaba a Vakandi, no porque le preocupaba no tenerlo cerca sino, porque era lo único certero y real de su vida, como un conducto hacia la realidad. Si Vakandi no estaba cerca, ¿cómo podía saber qué era real y que no? ¿Seguía soñando? ¿Estaba inconsciente?
La cabeza le pesaba horrorosamente, le dolía el cuerpo. Comenzó a llamar a Vakandi, Noah estaba totalmente desprolijo cuando se puso de pie para intentar contenerla. El mundo le daba vueltas, el aroma de esa casa le era desconocido, y más aún la gente que la estaba mirando. Como si fuera un acto reflejo, todos se escondieron al verla. Acompasó su respiración, intentando entender la situación en segundos.
