Capitulo 12

5.2K 365 0
                                    

Pues así pasan los días entre trabajo, aburrida en mi casa, jugando con pelusa aún no he visto a Cristian desde que se quedó en la casa parece como si se lo tragara la tierra en fin, yahan pasado tres semana desde que me enyesaron el pie y hoy estoy muy feliz porque me lo quitaran.

En lo que esperaba a que Mel saliera a buscarme me entretuve jugando con Pelusa pero no me había dado cuenta de que había alguien detrás de mí.

Vas a volver loca al pobre animal – dijo una voz que reconocí al instante.

Sabías que es de mala educación entrar a una casa sin antes tocar – dije mientras seguía jugando con Pelusa.

No es mi culpa que la puerta estuviera abierta – dijo mientras se agachaba a mi lado.

Oh – solo me limite a decir, mientras veía como Pelusa jugaba con él – ¿Qué haces aquí?– pregunte.

He venido a llevarte al hospital ya que Mel no podía así que yo me ofrecí a llevarte – dijo sin más y yo solo me limite a asentir.

No entendía porque Mel no me había llamado para decirme que no vendría.

Con un rápido y audaz movimiento me ayudo a estar de pie. En todo el trayecto no dijimos ni una sola palabra pero no se sintió incomodo, sino todo lo contrario me sentía tranquila y protegida, el a veces me miraba de reojo y yo me ruborizaba y apartaba la mirada.

Minutos después de llegar al hospital nos atendió el doctor, tras retirar el yeso y hacer mil intentos,por fin logre dar mis primeros pasos.

¡Lo logre! – dije emocionada y salte a los brazos de Cristian.

Al sentir que se tensó bajo mi cuerpo, me separe avergonzada por lo que había hecho.

P-perdón  - dije bajando la vista al suelo.

No importa – dijo posando su mano sobre mi barbilla y levantándome la vista hasta que nuestras miradas se cruzaron de forma penetrante.

Está bien – dije cojeando hasta llegar al vehículo.

La verdad me sentía culpable por haberlo abrazado, no pude controlar mi emoción pero aun así no sé porque se sintió incomodo ante este gesto.

Estaba tan concentrada en mis pensamientos que no me había percatado de que nos encontrábamos al frente de mi casa hasta que el apago el auto.

Gracias por traerme -  dije sin mirarlo, y salí del automóvil.

Un amor de ensueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora