Peter se puso rojo y entonces recordé que aún sostenía mi mano. 

Hombres... siempre jodiendo todo en una situación tan delicada.

Solté su mano con furia.

- Estábamos hablando, nada más. No des a pensar cosas que no son, Adler. — musité.

Hades abrió sus ojos con sorpresa y me echó una mirada.

Pet sonreía victorioso.

- En vez de estar discutiendo como críos deberían concentrarse en lo que importa, asesinaron a Kai. — reproché.

Todos se sorprendieron y asintieron con nostalgia.

- La conocía desde que tenía seis. — comentó Zoe.

Todos asintieron, menos yo.

- Recuerdo como siempre revoloteaba alrededor de Hades. Le fascinabas, Adler. — murmuró Matt con una sonrisa.

Hades frunció el ceño y fingió indiferencia.

Pero yo sentía la culpa extendiéndose por su pecho. 

"¿Qué es lo que hago que siempre terminan muertas las personas a mi alrededor?" susurró telepáticamente.

No pude resistir ante eso y me alcé en puntillas para envolverlo en un abrazo.

Se sorprendió pero estiró sus brazos alrededor de mi cuerpo.

Uno de los policías se acercó.

- Es el turno de interrogarles. De a uno por favor. — comentó el hombre con una sonrisa triste, seguramente conocía a esta chica de toda la vida.

- La chica nueva primero.— dijo otro oficial. 

Claro, la nueva en un pueblo era la principal sospechosa. Llega y luego de un mes hay asesinatos, grandioso.

- ¿Dónde estabas cuando se cortó la luz? — preguntó con un tono acusatorio.

- En el segundo piso, con Hades Adler. — contesté seria, pero impertubable.

- Cuéntanos como pasó todo. — dijo el oficial que sospechaba de mi.

- Subimos a hablar, bebimos un poco y cuando se cortó la luz me indicó que guardara silencio. Escuchamos dos gritos y finalmente volvió la luz. Bajamos y vi a todos reunidos alrededor de... de Kai. — musité algo consternada.

El policía asintió y susurró: confirmaremos con el muchacho Adler, pero creo en ella.

Suspiré aliviada y salí con cuidado bajo la indicación de otro oficial. Pasaron todos mis amigos, Hades y Poseidón. 

Finalmente, nos autorizaron para salir. Eliza me había enviado un texto diciendo que debía ir a casa lo antes posible. 

- ¿Podemos ir a dejarte, Raven? — preguntó Seid.

Sabía que querían hablar de lo sucedido por lo que asentí brevemente.

Seid se subió a su volvo, tras el volante parecía un chico de publicidad. 

Hades me indicó con un gesto que subiera a la parte trasera y luego subió tras de mi.

Su poleron cobijaba mi menudo cuerpo y agradecí tener su exquisito olor inundando mis fosas nasales.

-¿Cómo te sientes, Raven? — preguntó Seid preocupado.

Alcé mi vista al retrovisor y asentí.

-Estoy algo consternada, pero bien. — murmuré.

Hades pasó un brazo por mis hombros y me atrajo.

El Inframundo De Raven. [En Edición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora