– No hace falta que me lo recuerdes –

– Lo sé, pero no es una excusa como para que no contestes a mi pregunta –

– Ya la respondí – lo miró incrédulo.

– ¿Qué tienes Tobio? –

Él giró la cabeza para no mirarla. Le daba vergüenza expresar algo y no sabía como hacerlo.

– Tobio~, estoy esperando tu respuesta –

La chica siguió insistiendo hacia él. Cada vez lo ponía más nervioso, hasta que no pudo más y estalló, claramente no de una forma literal.

– ¡Quiero que me enseñes español! –

La chica paró repentinamente. Nunca se lo había dicho y que ahora le interesa le alegró muchísimo. Hacia ya mucho tiempo, desde que era niña que no hablaba en su idioma natal, bueno, a veces cuando hablaba con sus amigos de allá, pero se había acostumbrado tanto al japonés que en su mente, su idioma natal había casi desaparecido.

– ¿¡De verdad!? – él asintió ya que la vergüenza al decirlo seguía presente. – Por supuesto que te enseñaré Tobio – le dijo alegremente abrazándolo. – ¿Cuándo quieres empezar? – le preguntó al volver al camino.

– ¿Podemos hacerlo este fin de semana? –

– No me parece mal, ¿qué tal si mañana que es viernes te quedas a dormir en mi casa y practicamos los tres días? –

– Está bien –

– Tobio, ¿puedo hacerte una pregunta? – él asintió. – ¿Por qué de repente quieres aprender español? –

– Bueno, pensé en los partidos que tenga en el futuro –

– ¿Partidos futuros? –

– Sé que en el futuro me dedicaré al voleibol, por eso... quiero aprender español, por si juego allá –

– Ya veo –

– También... –

Quiso decir algo, pero su frase se quedó entrecortada.

– ¿También...? –

– También... como... bueno, es tu idioma natal... yo pensé que... se te haría más cómodo –

– Tobio – él la miró con un pequeño sonrojo. – eres todo un cielo – y quedó como un tomate.

[...]

Como habían quedado y como sus padres les habían dejado, Kageyama se instaló en la casa de los (T/a) durante el viernes, el sábado y aprovechando, hasta el domingo, así además, podían ir a clase juntos mientras practicaban.

El primer día estudiaron estudiando lo básico, como son los saludos, pequeñas frases y palabras sencillas que solían decirse a diario o comúnmente. El segundo día, (T/n) quiso repasar lo del día anterior, pero acabaron rápido ya que Kageyama tenía una gran memoria, por eso decidió abarcar más en el idioma, dando expresiones y frases más largas. El tercer día vio que era innecesario repasar porque la memoria de su novio era privilegiada, por eso, con todo la familia, estuvieron practicando conversaciones. Era cierto que a veces se trataba intentando recordar cosas o intentado pronunciar las erres fuertes ya que en Japón no se utilizan, es más, es el español el único que las utiliza, por eso le costaba un poco, pero cada vez más lo iba perfeccionando, como cuando práctico el pase para que la mandarina pudiese hacer aquel ataque rápido divino.

Y así, Kageyama aprendió lo básico, pero bastante útil del español para tener una conversación con una persona.

[...]

(

Bueno, desde aquí digo que cuando este con esta letra, es que hablan en español y cuando este normal, pues en japonés. Ya pueden seguir leyendo)

Llegó el lunes mientras Kageyama y (T/n) hablaban por fin en español y tenían una conversación.

Llegaron a Karasuno y se separaron porque estaban es diferentes en clases. Las clases  pasaron y llegó la hora de los clubes.

– ¡Hola! – saludó (T/n) enérgicamente al entrar.

– Buenas (T/n), ¿no vienes con Kageyama? – le preguntó algo extrañado Sugamamá.

– Sinceramente... no lo esperé –

(T/n), ¿por qué no me esperaste? – le preguntó el mismo nombrado detrás de ella y agitado de correr.

Perdón Kageyama, no lo haré de nuevo –

El padre y la madre del club se miraron extrañados al ser los únicos y no entender nada de lo que estaban diciendo. Decidieron no preguntar. Los demás chicos llegaron y el entrenamiento empezó, donde varias veces en las que los tórtolos hablaban, lo hacían siempre en español.

(T/n), ¿podrías pasarme un balón? –

– Claro, aquí--

– ¿¡Podrían ya para de hablar en inglés!? – preguntó un Noya salvaje, quiero decir, un Nishinoya enfadado asustando a los dos chicos.

– Esto, Nishinoya-senpai – lo llamó Yamaguchi.

– ¿¡Qué!? – estaba tan enfadado que a este paso ya le respondía mal a todos.

– No están hablando en inglés, están hablando en español –

– No están hablando en inglés, están hablando en español –

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Tengo que decir que me trabé un poco en este capítulo. Tenía la idea pero no sabía como empezarlo.

⭐Voten si les gustó, eso me ayuda a continuar⭐

Nos vemos~

One Shots (Kageyama Tobio × lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora