The Course of Love

Chapter 2

Semilla De Girasol
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La tarea de hoy, después de clases, consistía en ayudar a cuidar los campos de siembra, algo fácil a mi parecer, aunque algunos de mis compañeros no disfrutaban tanto de esta tarea como yo.
Está vez iríamos a los campos que se encontraban en el lado esté de nuestra aldea, ahí también estaba una de las entradas y salidas. Seguro encontraríamos cosas interesantes, o al menos así pensaba la mayoría.

El día era maravilloso hacía un buen clima y solo estábamos regando las tierra, con eso todos asegurabamos que regresariamos temprano a casa.

La charla de mis compañeros mientras cumplían con su deber, e incluso mi concentración fueron interrumpidos por el gran bullicio que provenía a la entrada de la aldea y el sonido de las trompetas que anunciaban la llegada de los hombres bestia, que hace unos días habían salido a las cercanías y lejanías de nuestro territorio a vigilar que no hubiera ningún invasor, proteger a los animales que estaban fuera del alcance de la aldea y cuidar de las tierras que pertenecen a nuestro dominio.

Debía admitir que eran un poco demasiado ruidosos, pero extrañamente no era molesto para nadie, tampoco lo era para mí.

- Becka, Becka. ¿Ya viste quien descendió desde lo alto? - Mi mejor amiga se abalanza hacía mi con gran entusiasmo para capturar mi atención.

- No, realmente no lo he visto. - Fijé mi mirada hacia ella con una suave sonrisa en mis labios. La verdad es que no prestaba mucha atención a los diferentes grupos de hombres bestia que habían llegado. Hable un poco desinteresada. - ¿Abría algún motivo para hacerlo?

René ladeó la cabeza con una clara mueca de disgusto en su rostro. - Pero... ¡Claro que la hay! Acaba de decender el equipo 19. ¡Los hombre ave! ¿Acaso no son tu especie favorita? - Alzó la voz, haciendo que nos ganaramos unas cuantas miradas de confusión, por parte de quienes se encontraban cerca de nosotras.

En lo profundo de mi corazón, agradecía que el profesor ya no estuviera aquí, de no ser así seguro que ya nos hubiera regañado y castigado a ambas.

- René, hombres ave y aves, son totalmente diferentes. - Puse una mano en su hombro al tiempo que sacudía mi cabeza, dejando escapar un pequeño suspiro de mis labios. - Termine. Es mejor que me vaya a casa, mamá necesitará de mi ayuda. Seguro que el restaurante estará lleno hoy. - Me volví hacia mi amiga y le dí unas palmaditas en el hombro en forma de despedida, para después sacudir el polvo de mis ropas y salir caminando.

- ¡Oye! Becka, no me dejes atrás. ¿Que clase de amiga eres? - La escuché gritar con descontento detrás de mi, lo que oí después fueron sus pasos rápidos aproximándose a mi.

René era mi mejor amiga desde que teníamos nueve años, ella era más extrovertida que yo, y últimamente había desarrollado una rara fascinación por los hombres bestia, cosa que no tenía nada de malo, solo que a veces era un poco incómodo para mí. Siempre hablaba de lo guapos y varoniles que eran, eso era para mí un tema innecesario, ya que no estaba interesada en prestar atención a esas cosas, por esa razón era incómodo.

Pronto me alcanzó y empezamos a caminar a la par, estábamos cerca de pasar a un lado del grupo que ella menciono antes, y como imaginaba ella abrió la boca al instante que nos encontramos a un lado de ellos.

- ¡Chicos, los esperamos en la semilla de girasol! - Ella agitaba la mano al aire como si su vida dependiera de eso , lo que me hizo reír internamente.

- ¿Que hacés? ¿Acaso me vas ayudar con el trabajo? - La regañe con voz sería tratando de sonar enojada, pero mi tono suave no ayudaba para que ella se lo tomara encerio.