Chapter 1

48 11 4
                                    

Nuestro primer encuentro
——––—♦——♦——♦—––——

Había logrado subir hasta la copa de un árbol para poder ver a las pequeñas crias de aves mulato. Mi madre estaba nerviosa y preocupada, me pedía a gritos que bajara, y era completamente normal que se mostrará de esa manera. Ver a su única hija de siete años de edad en lo alto de un árbol, no podía causar más que agobió en su corazón.

No, no me pregunten como es que pude llegar tan alto teniendo esa edad, hasta ahora yo tampoco lo sé.

Estaba realmente feliz de ver a esas aves, de todas las especies está era mi favorita, sus plumas parecían negras cuando estaban en las sombras pero, una vez que el sol las cubría aparecía un ligero azul en ellas. La madre de los pequeños mulato apareció, provocando que me asustara e inconscientemente retrocediera.

Gran error.

Olvide que estaba arriba de un árbol, no había forma de dar un paso hacía atrás. Resbale y cai, solo escuche a mi madre gritar con angustia, y de un momento a otro lo demás fue obscuridad. Lo que sentí después no fue un golpe y tampoco se hacercaba a uno, solamente todo se torno oscuro. Estaba consiente, pero un poco aturdida por la repentina falta de luz, lo que podía sentir en ese momento era: como unos brazos no muy grandes me sostenían y unas enormes alas me envolvían tratando de protegerme.

– ¡Muchas gracias! – Escuche decir a mi madre pocos segundos después de sentir como aquellas alas dejaban de cubrirme, dejando que mi vista cayera inmediatamente sobre ella. Los brazos de aquella persona aflojaron su agarre cuando estábamos a pocos centímetros del suelo, cuando estuvimos firmes en el piso dejo de sostenerme.

– Gracias por salvarla ... n-no sabe cuanto se lo agradezco. – Parecía que mi madre hablaba entre sollozos, mientras se apresuraba a abrazarme, abrazo que correspondí de inmediato.

– ...No, está bien, no tiene porqué agradecer. – Rápidamente mi vista se dirigió a la persona que me había salvado de caer.

Su voz era firmé y amable, su tono era claramente la de un infante, seguramente no sería mucho mayor que yo.

Tímidamente me acercarme a él para poder agradecerle. – Muchas gracias. – Hablé en un tono suave, después tome unos frutos rojos de mi bolsita y se las ofrecí.

– Oh ... Gracias a ti, – Su tono se volvió suave. El acuno sus manos, esperando a que yo los dejara ahí. – seguro que sabrán bien ¿No?

Asentí emocionada y pude notar que el sonrió, provocando que yo también lo hiciera.

– ¡Marlo es hora de irnos! – Se oyó una voz mayor y severa gritando a lo lejos, cosa que hizo que el chico girará con suma atención hacia la dirección de donde salió el grito, causando que este se pusiera un poco rígido a la vista de cualquiera que lo estuviera viendo.

El chico se volvió hacía nosotras con forzada calma, e hizo una pequeña reverencia. – Me disculpó. Me tengo que ir, y muchas gracias por las frutos. – Se dirigió a mi con una linda sonrisa en lo último que dijo, por alguna razón eso hizo aparecer un pequeño rubor en mi mejilla izquierda.

Mi madre y yo vivos como aquel chico extendía sus alas de color negro para salir volando del lugar. A diferencia de las aves mulato, las alas de ese chico en el sol se veían aún más negras: un negro sumamente intenso.

– Mamá ... – Tiré de su falda para llamar su atención. – Se llama Marlo ¿verdad?

– Reaccionó al escuchar aquel llamado, supongo que si. – Mi madre me sonrió y yo le regrese la sonrisa. – Becka, por favor no vuelvas a hacer algo así de imprudente, los hombres bestia no siempre estarán ahí para salvarte. – Me regaño con voz sería pero su tono aun seguía siendo suave.

– ¡El joven Marlo me salvaré con sus enormes alas! – Dije con gran entusiasmo, mientras extendía los abrazos para simular unas alas.

– Los chicos como el tienen cosas más importantes que hacer, no pueden perder el tiempo salvando a chiquillas tan traviesas como tú. – Dijo pellizcando con dulzura la punta de mi nariz.

Espero volver a verte  Joven Marlo, fue lo que pensé al tomar la mano de mi madre y caminar de regreso a casa, lo curioso es que ese pensamiento nunca abandonó mi mente, y esperaba con ansias volver a verlo una y otra vez. Deseaba que no pasará mucho tiempo para nuestro próximo encuentro.

Cuando llegamos a casa, le conté lo sucedido a mi padre, el cual escuchaba con atención y alegría mi relato.

– Papá ¿Crees que lo vea pronto? – Mi padre me miró con una sonrisa pensando en su respuesta, mientras me arropaba. – ¿Y si vuelvo a caer de un árbol para volver a verlo? – Las expresiones tranquilas que tenían mis padres se congelaron con mi última pregunta.

– Hija ¡por amor a la diosa! – Exclamó con preocupación mi padre, mientras mi madre se cubría el rostro con una mano. – ¿En qué estás pensando, cariño? ... Lo volverás a ver, la aldea no es muy grande, así que tranquila. – Dijo entre pequeñas risas.

– Por favor, dile algo más. – Pidió mi madre con angustia. – Hoy casi hace que me dé un ataque cardíaco. – Papá y yo nos miramos y empezamos a reír, su reacción nos parecía exagerada, y talvez si lo era.

Con un "buenas noches cariño", salieron de mi habitación.

.

.

.

Es un poco corto, lose, pero trate de que fuera decente, me disculpo si tiene falla, en mi defensa: nunca dije que fuera buena en este tipo de cosas xD.

No espero que les guste, pero lo que si espero son sus opiniones y comentarios (sin ser ofender, claro), eso podría ayudarme mucho a mejorar

Gracias por tomarse el tiempo de leer ^^ .

G.MM

The Course of LoveWhere stories live. Discover now