13. Perdón, pero no lo siento

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-Señorita Pataki, ya aceptara casarse conmigo- le dijo un adorable anciano a la joven rubia 


-claro, señor Murray, solo ponga la fecha y por favor, termine su comida- le decía la chica 


-todos te adoran- decía Harry llegando con la bolsa de basura para vaciar los botes de las camillas 


-el hombre está senil, Harry, un dia sabe mi nombre y al otro cree que soy Marilyn Monroe- le decía la rubia ayudándole a sacar la basura  


-bueno, Helga, es que si te pareces a Marilyn- el castaño el guiño un ojo 


-Oh no, vete de aquí, kennedy, tú tienes a la hermosa Jaqueline- grito el anciano al ver al castaño 


Helga y Harry rieron divertidos ante las ocurrencias del anciano de la cama 38, era un hombre de 84 años con demencia senil, siempre los confundia con algún famoso, ellos habían decidido hacer su trabajo social en el hospital de Hillwood, aunque también tenían otra razón por la cual estar cerca de un hospital era lo mejor, y ese motivo era que las repentinas recaídas del castaño, las cuales se habían vuelto más constantes y violentas, la última de ellas asustó mucho a la rubia, ya que Harry había convulsionado y eso casi la mata del susto 


-¿cómo te sientes hoy?- le pregunto la rubia ayudándole a cargar la bolsa de basura 


-estoy bien, tranquila, solo me dan ataques de taquicardia, migraña, fatiga y a veces convulsionó, pero eso no disminuye mi fuerza varonil- explicaba el castaño divertido 


-Harry, en serio no es gracioso- le regaño la rubia molesta porque Harry se lo tomara tan a la ligera 


Últimamente el castaño se la vivía en revisiones y con medicamentos, Helga por fin entendía la razón de la hiperactividad de Harry y era que la mayor parte del tiempo se la pasaba medicado, lo cual era un alivio, pues odiaba verlo retorcerse de dolor, deprimido y pesimista 


-Capitana, estamos listos para el ataque- escucharon la divertida voz de la anciana de la cama 40 


Otra de las razones por la que Helga aceptó felizmente el trabajo social en el hospital, la abuelita de Arnold había sido hospitalizada debido a  su avanzada de edad, por lo que requería extremos cuidados, sin embargo la anciana parecía olvidarse que ya era una anciana de casi 90 años y solía hacer espectáculos por todo el lugar 



-claro, general shortman, proceda con el ataque- le siguió el juego la rubia 


Después de darle de comer y ayudarla a cambiarse, llegó la mamá de Arnold quien estaba feliz de tener ahí a Helga, a quien veía más como una hija y claro que desearía que lo fuera 


-ese estúpido cabeza de balón- dijo la mamá de Arnold 


-Señora Shortman- exclamó Helga sorprendida 


-perdón, Helga, se que es tu frase- comentó la mujer apenada revisando a su querida suegra 

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⏰ Last updated: Jun 18, 2020 ⏰

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