- Yo quiero decirte esto para que estés enterada, au que tal vez sea contra producente.

- ¿Qué es? - comencé a desesperarme.

- Parece ser que Harry bebió o inyectó algún tipo de sustancia que lo hace muy poderoso... Me temo que más que aquella vez con Gwen- lo último lo dijo de manera ahogada.

- Santo cielo- tome mi frente mientras pasaba saliva- ¿nunca se cansan? En verdad es algo increíble.

- No se nada en base a esta sustancia... ¿Sabes lo que esto significa? - negué sin dejar mi posición anterior- que tal vez no pueda luchar como siempre lo hago. Tendría que buscar una nueva manera de hacer mi trabajo; él literalmente golpeó su puño desnudo contra un muro, era para que este se haya hecho añicos... No el muro. Mi fuerza es grande en comparación a la de un humano normal pero se diferenciar un golpe duro de uno suave y este golpe no pareció afectarle en lo absoluto.

- Comprendo tu angustia por completo- gire mi mano para darle a entender que podía tomarla y así lo hizo- se que podrás encontrarlo. Mentiría si dijera que no estoy nerviosa, pero se que si algo me pasa tu siempre llegaras, quien me preocupa verdaderamente eres tú.

- Lissa, yo puedo herirme y no tener problema. En cambio tú... No quiero decir que seas débil por no poder ver, pero es más fácil para ellos sabiendo que cosas te asustan o te lastiman- entiendo a que se refiere. Asenti a manera de aprobación.

- Lo se, ellos son horribles personas.

- Horrible es un halago- solté una pequeña risa.

- Me preocupa que te hiera de gravedad... Que mueras- el suspiró, y volvió a tomar mi mano con fuerza.

- Podré no confiar en mi en lo absoluto, o tal vez anteriormente lo hacía, pero de algo siempre estoy seguro: yo nunca muero y nunca moriré.

La sonrisa que había en mi rostro no se podría quitar con nada. Es increíble, pero es verdad. Las veces que lo he visto pelear no importa que tan lastimado esté el  puede levantarse y seguir luchando, tal vez sea su valentía o su gran corazón quienes hacen que siga peleando.

- Bien, pareces estar un poco cansada- asentí.

- Poco es poco- comenzó a reírse y después de eso sentí como sus dedos pasaban por mi cabellos acomodando lo detrás de mi oreja.

- Gracias por todo, Lissa Hope. Gracias por darme una oportunidad- ese beso fue su despedida. Escuché como cerró la ventana y después de esto yo me levante para cerrar la cortina.

Aunque confiaba en Peter sentía que esta noche no la pasaría tan tranquila, tal vez no dormiría tan fácilmente. La angustia de pensar que mañana podría sucederme algo o que Peter podría morir me carcomia la mente.

Cuando mi mente me juega mal suelo ser muy negativa llegando al punto fatalista de la situación; puedo ser muy positiva siempre pero soy humano y está situacion sobrepasa mis límites.

Estaba a punto de colapsar cuando mi querido amigo Russ comenzó a treparse sobre mi.

- Russ, ahora no- mi cabeza comenzaba a niblarse de pensamientos nublando cualquier intento de salvar mi mente. Hasta que mi enorme cachorro comenzó a lamer mi rostro despertando e de ese transe tan horroroso- Okay, ya entendí... - comencé a reír Me- ya entendí amigo, ¿no piensas calmarte? - se detuvo pero el movimiento de su cola emocionada hacia temblar la cama- Tu tampoco dejarías que nada me sucediese, ¿verdad? - un último lengüetaso de su parte dio paso a que este se hechara a un lado mio. Me acomode de una manera en la que yo sintiese que los dos estuviésemos cómodos- Te quiero mucho, Russel- y este pareció entenderme porque un quejido salió de él junto con un movimiento leve de cola el cual reconocí por el sonido de este dando contra el colchón de mi cama.

Te Siento (Andrew Garfield y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora