—Salto exitoso. Iniciando camuflaje —dijo la mujer de piel azul.

Afuera, la nave se mimetizó con el espacio. A toda velocidad se abrió paso en la espesa bruma espacial que cubría la superficie agonizante de Gamber, la atmósfera se pudría en un verde ácido que amenazaba con convertirlos en supernova. La nave siguió su curso hasta que inició el descenso en un punto rocoso, cuando finalmente el acorazado aterrizó levantó la arena del árido suelo. En medio del polvo se desplegó la plataforma, los esperaba un ser de piel verdosa cuya frente se prolongaba más de diez centímetros y luego caía sobre su cabeza hasta treinta y cinco centímetros más allá.

—Zilra —saludó Garteo, tras él bajaban los demás.

Al hombre le causó especial atención el soldado que finalizaba la fila.

—Veo que no les tomó mucho reemplazarme —bramó con una mirada desconfiada hacia James—. Solo estuve por fuera una semana en reconocimiento, y ahora un completo extraño ya ocupa mi lugar.

—Así que... tú eres el idiota del grupo. —Señaló a Zahim, sorprendiéndolo—. Y tú, el idiota orgulloso. —Señaló finalmente hacia Zilra, luego le dedicó una sonrisa desafiante—. Mago Universal, supongo que es un placer.

—No te pongas a llorar, Zilra, solo es un terrano interesado en ayudar —contestó Garteo.

—Un verdadero hijo de ralka en mi opinión —alegó Zahim.

—¿Debería comenzar a tomar eso como una ofensa, orejas? —se interesó James.

—Aquí el asunto es que el terrano es un mago poderoso con experiencia en corvynianos, cooperará con nuestra querida Emperatriz —habló Iodrana, destilaba irritación con cada palabra—. Y cuando terminemos la misión, se irá, así que no comiences con tu drama ahora, Zilra.

—¿Y de dónde carajos salió este tipo? —preguntó el hombre de piel verde—. ¿Realmente confiarán en él?

—Ya pasamos por todo eso de la confianza hace un buen rato, así que mejor sé buen soldado y comienza a hablar —replicó Jexyit.

El hombre resopló. De sorpresa para James su forma se desfiguró en la de una gigantesca masa amorfa y grisácea de cuatro brazos. Del brazalete de una de sus extremidades tecleó, y un mapa holográfico del planeta fue proyectado.

—Los ataques de los gorqoks cesaron desde que una flota se ocultó entre los gamberianos. Hace unos minutos intercepté un mensaje de una nave de asalto corvyniana a una nave imperial gorqok, la Emperatriz está llegando. El encuentro se realizará en este punto, la Fortaleza de Er. —Señaló, y el mapa se agrandó para mostrar un plano más cercano—. Es una zona muerta dentro de la superficie, alguna vez fue parte de una de las primeras órdenes que rigieron Gamber, pero con los años ha quedado rezagada al olvido. Estuve haciendo reconocimiento, ahora no son más que ruinas cubiertas de arena.

—Qué curioso, se reunirán en un lugar donde no podrán ser rastreados ni escuchados —contestó Jexyit, luego miró hacia Mago—. ¿Aún te quedan dudas?

Mago decidió dejar a un lado sus recuerdos y comenzar a sentar cabeza como el héroe que la guerra necesitaba. Por más que buscaba abogar a favor de Kissandra, las pruebas cada vez eran mayores en su contra.

—¿Cuál es el plan? —pregunto sin más.

—Muy bien, malditos buenos para nada —habló Garteo, captando la atención—, esto es lo que haremos...

El escuadrón se reunió a la orden de su líder, los minutos pasaron y conforme a lo planeado cada uno tomó posición estratégica en el tablero de juego. Aguardaron, pacientes, hasta que una alargada nave negra arribó las colosales puertas de la fortaleza e inició su descender en la árida zona. Cuando la rampla terminó de prolongarse, las compuertas se abrieron, de ellas salió un humo que primero fue coronado por los pasos de la Capitana Pectra y dos soldados a cada lado; inspeccionaron la zona: a unos metros al norte aguardaba una mujer de vestido extravagante en posición firme, era de piel verde y su frente se extendía enorme sobre su cabeza carente de cabellos, todos los seres que la rodeaban eran de igual aspecto y no mostraban ningún indicio bélico en sus facciones, nada más que una desesperación asoladora.

Mago Universal: Encrucijada temporalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora