Capítulo 21 || Reglazo ||

5.2K 729 309
                                    

Narra Ilarien.





Lo miré disgustada, mientras él no tenía expresión alguna en sus ojos, abrió la bolsa de chocolates y empezó a comerlos lentamente sin importar que yo lo viera— ¿Qué sucede?, ¿te comió la lengua el gato nuevamente?

Estaba tan celosa que podía oír el sonido del chocolate romperse en su boca. No sabía ni que hacer, de seguro se estaba vengando por lo de Jared.

—Sólo quiera decirle que ayer el profesor Jared me llevó a mi casa porqué estaba preocupado por mí, debido al acoso que estoy recibiendo, no pude negarme —trato de sonar lo más tranquila posible sin importar la jodida manera ególatra con la que me miraba ahora.



—Ah, ¿pero si pudiste dejarme plantado esperándote allá fuera? —toma otro chocolate sin dejar de fulminarme con la mirada.

—Lo siento profesor, no fue mi intención dejarlo esperando en la lluvia, pedazo de dramático...—solté con coraje.

—¿Qué dijiste?

—Nada.

—¿Soy un dramático?, perfecto Chávez, si eso era lo que querías decirme, puedes irte —arruga sus cejas desviando la mirada hacia otro lado. Era mi culpa, lo sé, pero yo no estaba haciendo nada malo.

—Okay Profesor, qué tenga un lindo día —dije y Leonard abrió su boca indignado, di media vuelta para salir de su aula y me detuvo. Yo sé muy bien cómo lidiar con los celos tontos de los hombres.

—¿Es en serio?, te vas con Jared y te metes en su auto sin saber si te hace algo, me dejas plantado, ¿y estás enojada?, ¡Oh Dios!, debo tener fiebre para seguir atrás de una chica que ni siquiera me pide disculpas por semejante falta de respeto —me arrojó contra la pared sujetando mi hombro. No seguiría su juego, para pelear se necesitan dos y yo no quería discutir con él.

—No soy una niña y se cuidarme sola, sé respetar una relación, sé querer de verdad, ¿yo no ando aceptando chocolates de nadie sabiendo que tengo novio? —lo observé tranquila tratando de suavizar su mirada con mis ojos aunque admito que me encantaba ver a Leonard así.

—Tal vez será porqué hoy es mi cumpleaños y mi novia ni siquiera me envió un mensaje, o posiblemente ni siquiera sabía que cumplo años hoy —se acercó a mi rostro ligeramente fulminándome con su mirada, estaban turbios, no sabía de qué tonalidad tenían, si verdes, azules, o aceitunas.

—¡Oh!, aparte de sinvergüenza se está volviendo más viejo, pobre de mí —bromeo y él no se ríe de mí broma, parecía muy enojado —lo siento mucho, ¡Feliz cumpleaños mi amor! —sonreí en su cara y él ya no pudo aguantar la risa, abracé su cuello atrayendo su cuerpo al mío. —¿Qué quiere de regalo mi profesor?

En realidad no tenía idea de qué era su cumpleaños fui muy descuidada al perder mi celular justamente ayer. Leonard me cargó hasta su escritorio dando pequeños besos en mis labios haciendo que estos sonarán, y note que tenía varios regalos a un lado de su asiento. —¿Y eso?

—Son regalos de algunas alumnas, ¿Te molestan?

—Mmm no.

—Eso es un sí —su mirada conecta con la mía que estaba atontada por él, mete uno de los chocolates en mi boca junto con sus dedo mientras yo lo saboreo sin dejar de mirarlos y él cae en la lujuria conmigo —no debes ponerte celosa, sólo los comía para que tú lo vieras —su dedo se movía adentro y hacía afuera de mi boca mezclando el sabor empalagoso con mi saliva, no fue hasta que sintió mi boca lo suficientemente caliente y húmeda que empezó a besarme lambiendo mis labios calientes, batallando con mi lengua que se movía de un lado a otro. El líquido cayó por mis mejilla y me separé muy caliente— saben más ricos desde tu boca, mira como estoy de excitado por un maldito chorro de chocolate cayendo de tu boca —lo lamió lentamente subiendo desde mi cuello hasta mi rostro, todo mí cuerpo se estremeció haciendo palpitar mi intimidad.

Debía parar, no podíamos hacer nada aquí, cualquiera podría vernos.

Leonard acariciaba mi cuerpo fuertemente, como si fuese un león, sólo habían pasado dos días desde que no lo veía y se sentían años, las ganas volvían a mí como la primera vez y peor jugando con mis emociones— profesor, ¿me va a quitar toda la ropa?, por favor cálmese..., mejor vamos a su casa.

—¿Sabes Ilarien?, desde la primera vez que te ví, mi fantasía ha sido cogerte aquí en mi escritorio hasta que llores de placer —lo miro sorprendida mientras el desabrocha mi camisa.

—¿Y si alguien nos ve profesor?

—No hay nadie aquí, todos se fueron —susurró abriendo mis piernas frente a él, metió su mano debajo de su escritorio y sacó una regla de un metro de madera, tragué saliva, ¿qué iba a hacer con eso?

—Leonard... —supliqué.

—Quieta —susurró de forma ronca abrazándome por detrás dejando caer mi espalda sobre su pecho firme y fuerte —te va gustar —mordió mi oreja y sentí su boca caliente, me estremecí al sentir su entrepierna hecha piedra en mi espalda, tomó la regla de un metro y empezó a pasarla por cada milímetro de mi piel erizada, hasta llegar a mis piernas abiertas, mi mente se puso en blanco, yo miré los asientos del aula de mi profesor vacíos sin ningún estudiante presente imaginando que pudiesen ver esta escena vergonzosa.

Sin previo aviso sentí un pequeño golpe en mi vagina con la regla, mi cuerpo brincó asustado al igual que mi boca— ¡oh! —se me escapó un grito, excitando a Leonard de sobremanera, tomó mis pechos y los apretó con su mano libre, sentí otro golpe en mi parte baja y grité nuevamente.

—¡Oh por Dios!, no grites —susurró con su voz gruesa adolorida y cubrió mi boca mientras seguía castigándome— mira esto —sonríe mirando la regla que estaba mojada— esto lo confirma, te gusta este tipo de cosas —dejó la regla a un lado y metió dos dedos en mi orificio húmedo por los golpes en mi pequeño clítoris, gemí de placer rodeando los ojos mientras él me miraba desde arriba.

—Ilarien, eres hermosa —susurraba y mis ojos se dilataban por la falta de aire, no podía decir nada porque aún me tenía cubierta la boca, mis piernas se estremecían cada vez que sus dedos se adentraban en mí.

Mi profesor quita su mano de mi boca y mira lo rojos que estaban mis labios, toma mi cuello alzando mi rostro para unirlo con el suyo.

Se escucha un sonido llano que no se podía distinguir bien, corto el beso y miro hacia la derecha, sin soltar a mi profesor, y mis ojos se abren al máximo, los latidos de mi corazón se detienen al ver a la persona mirando la escena desconcertado.

—Leonard, ¿qué? —el profesor de inglés se estremece sin saber qué reacción tener o qué decirle mientras tenía una mezcla de sentimientos en su mirada, entre ellas odio —¡qué está haciendo! —Jared toma su cabello sorprendido llevándolo atrás asimilando la situación.

Di media vuelta y traté de abrochar mi camisa sintiendo una vergüenza terrible, Leonard se puso enfrente de mí hasta que yo me arreglara y comenzó a hablar —Cálmate, Jared.

—Ningún cálmate Jared, ¿todo era cierto?, por un momento creí que era falso y todo era una mentira de aquella estudiante. ¿Sabes qué puedes ir preso Leonard? —se acerca, pero Leonard hace una mueca de asco, mostrando su superioridad.

—Ella no tiene la culpa, sólo quería salir de la duda —dice mirándome, sin embargo yo no podía verlo a los ojos me sentía culpable de alguna manera. No es posible que no nos hayamos percatado cuando entró o cuando abrió la puerta. Jared lo sabía todo y ahora todo estaba perdido.

—Ilarien, vete a casa, hablaré con él un rato, te iré a ver luego —propuso y yo me fui sin mirar a ninguno de los dos. Todo esto se estaba saliendo de control.

De todas las personas lo que podían aparecer tuvo que ser él.

¿Y ahora qué pasaría?

















N/A:

La única manera de que yo regrese a actualizar seguido es secuestrandome JAJAJA. Les saluda la Ilarien tres años más vieja.

Tuve una quemadura y estoy en reposo en casa, y pues las clases en línea. Ya me faltan dos largos años para terminar :( he visto comentarios así en plan "Vas a volver a actualizar después de dos años más?" Jajaja chichas ayúdenme a ayudarme xd

Mi Profesor Descubre Que Escribo En Wattpad © ✔ |Edición|Where stories live. Discover now