Cosas de Novios - Namjin

Ofensa

     Como un domingo cualquiera, y tras confirmar que las tareas estaban hechas, la madre de Namjoon permitió que saliera a divertirse con sus amigos, o mejor dicho, con su mejor amigo y su primo. El adolescente fue a casa de Jackson, donde ya estaba Tyrone conversando con el chino en los escalones de su casa. Aun viéndolos desde la distancia, supo que la conversación tenía que ver con él, Jackson tenía esa expresión ofendida ante cada palabra que le decía el de cabellos largos, y siguió teniendo esa expresión cuando llegó y saludó.

—Hola, "mejor amigo" —dijo sarcásticamente y haciendo las comillas con sus dedos—, si así tienes el descaro de llamarme.

Confundido, el de lentes miró a su primo esperando explicaciones pero él solo se encogió de hombros y se levantó sonriente —¿Nos vamos ya? Si nos apuramos lograremos llegar para ver al grupo de chicas que se pone a bailar en el parque. —dio unos brincos entusiasmado, tomando de la ropa a ambos chicos para tirar de ellos.

—Sí, sí, vamos. —asintió Namjoon todavía preguntándose qué había pasado para que Jackson se rehusara a verlo. Así fue todo el camino, avanzaba con el mentón arriba y se volteaba cada que el peli negro con lentes le hablaba, por lo que Tyrone era el único que se reía por la orgullosa actitud del chino, por más que Namjoon preguntara qué había pasado, a cualquiera de los dos, no obtenía respuesta.

Pero no parecía ponerle triste, conocía a Jackson, y pronto se le soltaría la lengua. Y Tyrone tampoco diría nada por el momento. Cuando estaban por llegar al parque, pudieron ver a las chicas que quería mirar Tyrone bailando coordinadamente rodeadas de un grupo de personas al que se sumaron los chicos, el de cabellos largos colgándose felizmente de los hombros de los otros. Movía la cabeza con emoción ante la música, Namjoon había estado tratando de mirar a su amigo a los ojos pero Jackson seguía levantando la cabeza mirando al lado contrario.

» Oye Jack—le interrumpieron.

—Ya déjalo, ahorita se le pasa ¡Mejor mira al frente! —le recomendó Tyrone apuntando a esa dirección con el mentón. La música era pegadiza, reproduciéndose en una gran radio cuyas bocinas vibraban siguiendo el ritmo. Namjoon carraspeó acomodándose los lentes y obedeciendo, su vista se centró en las chicas que danzaban siguiendo el ritmo de la canción que inconscientemente también empezó a seguir su pie golpeando contra el suelo, así hasta que Jackson gruñó y los sacó de ahí.

—¡Ehhh! ¡Las estábamos viendo! ¡BRAVO! —a su grito se sumaron los aplausos de Tyrone cuando las chicas terminaron con su baile, recibiendo varios reconocimientos de pequeño público. Namjoon y su primo tenían un poco de problemas para seguir los pasos del chino, pues este sin verle problema alguno les había tomado del cuello de la camiseta y tiraba de la ropa haciéndoles tropezar más de una vez, aunque afortunadamente nadie terminó en el suelo. De momento.

» ¡ESPERA MI ZAPATO! —el solitario teni quedó a unos pasos luego de habérsele zafado a su dueño, Tyrone quiso liberarse para ir por el pero Jackson siguió tirando de su ropa hasta dejarlos caer contra una banca. Tyrone bufó sobándose la pierna y miró mal al chino— Allá está mi zapato, al menos ve por él.

Jackson levantó el brazo haciendo como que iba a golpear a quien habló, pero por puro reflejo ambos chicos se encogieron protegiéndose la cara —Te voy a llenar la cara de golpes, tú bastardo presumido —siguió soltando gruñidos y groserías a esos dos en voz baja, casi a regañadientes. Se dio media vuelta y fue por el zapato para agarrarlo. Tyrone lo esperaba con una sonrisa y los brazos extendidos, satisfecho de que el otro hubiese tenido que ir por su zapato— ¡Amárrate las agujetas maldito vago! —le gritó aventándole el zapato al estómago, por lo que le sofocó.

Podría Namjoon haberse reído por lo que estaba haciendo su mejor amigo cuando notó que se convirtió en el siguiente objetivo. Ni siquiera pudo huir o evitarlo, antes de darse cuenta un horrible y punzante dolor en su pecho le hizo gritar, las punzadas de dolor atacaban específicamente en sus pezones. Jackson los había pellizcado y girado al tiempo que le gritaba algo, pero el dolor agudo no le dejó entender, eso y las escandalosas risas de su primo.