Drifting Love || JJ Maybank

Chapter Eighteen

Mackenzie Pov's

Entremos de uno en uno a lo que parecía el sótano de la casa, yo iba la última. Cuando pasé por la puerta, el rubio delante mío comenzó a cantar una escalofriante canción.

- La señora Crain la cabeza nos cortó... Luego salió el sol y la sangre se secó...

Pope, que estaba delante suyo, se volteó hacia él.

- ¿Quieres callarte?

Seguimos avanzando y bajemos unas pequeñas escaleras. Nos quedemos en el medio de la habitación, intentando buscar alguna cosa fuera de lugar.

- ¿Veis agua por algún sitio? - Ki comenzó a mover la linterna por toda la sala.

Todos empecemos a movernos por el cuarto alumbrando con las linternas.

- No vamos bien. - Volvió a hablar.

- Ni siquiera hay agua en las tuberías. - JJ pasó la mano por los tubos.

- Aquí no parece haber agua. - Suspiró el menor de la família Heyward.

- Ni una gota. - Avisé yo.

- ¿Sabéis por qué no la encontramos? - La chica llamó nuestra atención. - Por el mal karma.

- Ya estamos otra vez... - Dijo JB cansado.

- Escucha, la cosa estaba yendo bien. Pero entonces decides meter a Barbie y el rastro se enfría. ¿Coincidencia? No creo. - Justificó Ki.

- Esta es la razón por la que no quería hablarte de Sarah.

Kiara y John B empezaron a discutir.

- ¿Ah, sí?

- Sí. ¿Qué pasa entre vosotras?

- Nada

- ¿Nada? ¿Es porque te besé? ¿Es eso?

La chica le pegó una bofetada.

Los demás nos quedamos sorprendidos.

- Que ostión. - Dijo JJ entre risas.

- Deja de tratarme como a una chica obsesionada contigo en vez de como a tu mejor amiga que intenta protegerte.

- ¿Me has pegado?

- Un mosquito. - Le enseñó la palma de su mano con el insecto.

- ¿Un mosquito? - Preguntó JB.

- Sí, ¿no lo ves?

- Sí.

Al decir eso esta vez fue John B quien golpeó a la chica.

- ¡Oye! - Di un paso adelante.

- Vamos a calmarnos. - JJ intentó relajar el ambiente.

Ninguno de los dos pareció habernos escuchado.

- ¿Y la prueba? - Siguió hablando Ki.

- Mosquito. - Le enseñó el bicho.

Empezaron a golpearse entre ellos varias veces. Yo me acerqué para intentar pararlos.

- ¡Eh! ¿Queréis dejarlo ya?

Ellos se alejaron un poco mientras seguían sin oírme. Cuando vi que no tenían intención de parar intenté volver a acercarme, pero antes de poder dar un paso sentí varios toques en mi brazo.

Me giré para averiguar qué era lo que no paraba de golpearme.

- ¿Qué haces?

- Tenías mosquitos. - Era JJ.