➷➷

848 84 18
                                    


Horacio despertó a su colega saltadole encima.

-vamos, arriba - , era un vaivén realmente molesto.

Soltó una media sonrisa, e intento empujarlo para un costado.

-¿se puede saber que es tan importante? - realmente quería saber. Horacio siempre lo despertaba así cuando eran fechas importantes.

Navidad, año nuevo, y en...

- hoy es tu cumpleaños, gustabin. -canturreo.

No podía ser hoy.

¿realmente había olvidado su propio cumpleaños? Claro que no, solo que lo odiaba por completo. Le recordaba a todo su pasado, y ya suficiente tenía con el chico de cabello rojo.

- ya... - no había ni una pizca de interés en su voz. Casi siempre sonaba como si hablará en colores, pero hoy hablaba en grises.

Se levantó con un aura triste, de color azul. Caminó hasta el lavabo y cerró la puerta. Mientras el hombre con costuras en la nariz lo miraba espectante desde la cama de este.

Los minutos pasaron, y empezó a preocuparse. Así que rápidamente salto de la cama y se dirigió a el lavabo.

- ¿Gustabo? ¿Estás bien?, llevas más de treinta minutos dentro.- se acercó levemente a la puerta para poder oír lo que sucedía.

Gustabo.

No iba a llorar, y menos por esas personas. Aunque joder, a él de verdad le hubiese gustado una infancia cómo la de cualquier niño.

¿Pero que obtuvo a cambio? Golpes constantes, maltrato psicológico, hambre, frío... Miedo.

Todavía recordaba cuando salía a las calles en busca de comida. El olor a podrido que desprendían algunas le revolvia el estómago, pero se sentía muy bien masticar algo despues de días sin probar bocado.

El frío que helaba sus huesos constantemente, y el dolor en sus piernas, en todo su cuerpo. Quemaba demasiado.

Solo tenía siete años cuando se hizo adulto. Cuando en esas frías calles de Madrid salía a trabajar, ya que su madre estaba más ocupada inyectandose cualquier droga que encontrase, ¿y su padre? Él simplemente se preocupaba más por el juego y la bebida.

A veces ni se acordaban de él.

Y fue en su doceavo cumpleaños que de regalo recibió tres navajazos en sus brazos tan pálidos, por el simple hecho de no conseguir el dinero necesario para los narcóticos de su madre.

Recordaba que ese fue la primera vez que pudo oler algo dulce, a la par que su cuerpo expulsaba ese precioso líquido rojo, gracias a las aberturas causadas por el alcohólico.

La única persona que lo ayudó ese día fue Horacio, que cuando vio a su amigo llegar a su escondite con sus brazos corrió a ayudarle. Aunque el estuviera mucho peor.

Cómo una ráfaga llegó el recuerdo de esa noche tan cálida. Esa hermosa noche cuando Pérez lo abrazo con lágrimas en los ojos.

- ¿que sucede? -, le correspondió el abrazo con total delicadeza. Sentía que si lo abrazaba más fuerte podría quebrar su cuerpo tan frágil.

- Ella se... Se fue, me dejó solo. Dijo qu-e estaba mal, que tenía un fallo... - susurró mientras intentaba que su voz no se perdiera en el aire tan denso. - dijo que estaba enfermo.

Lo abrazo con más fuerza, aunque todavía no entendía la razón, tampoco quizo preguntar ; Sabía que en algún momento él se lo contaría.

se separaron un poco, mientras Gustabo limpiaba las lágrimas doradas de Horacio. Podía jurar que si esa vela no hubiese sido encendida con anterioridad, sus lágrimas hubieran sido negras.

Un flashback muy conciso se apoderó de su mente por milésimas de segundos.

Más bien era un sentimiento, el sentimiento que jugaba con él cuando era niño.

Ese mismo deseo de acabar con su vida había desaparecido hace mucho tiempo. Sin embargo, la tristeza seguía dentro suyo.

Muchas noches sentía que su piel se quebraba, mientras la oscuridad lo absorbía; no solía hacer nada, y es que, se sentía tan bien ser consumido por su propio abismo.

Tal vez algún día se ahogará en sus propias lágrimas y podrá descansar.

La voz de Horacio lo devolvió a la realidad. Ese Ángel que siempre lo salvaba de ser consumido por la oscuridad absoluta. Siempre estaba ahí, sin importar que.

- joder gustabo, llevas media hora dentro ¿sucede algo?

- N-no, yo... Estoy bien. - se miro al espejo, mientras sonreía con total falsedad. - Estoy bien. - Un líquido salado adorno sus mejillas, y una risa sádica acompaño su voz. Miró el bote de pastillas que tenía al lado, y cogió una. - demasiado bien.

»»--⍟--««

Rotaaa, me eh vuelto jodidamente locaaaa. Arranque de cuajó lo que brotaaaa.

No se que decir de esto xD.
Simplemente quería informarles de un poco de su pasado, y nada, salió esta diarrea.

En fin quería decirles algo.

Me gusta el Gustabo sociópata, pero siento que si lo hago voy a cambiar mucho la historia entonces venía a decir que :

Obviamente no voy a hacerlo, pero puede ser que (si se da la oportunidad) pueda tener TPA (?

(Trastorno de la personalidad antisocial)

Prácticamente encaja muy bien con la personalidad de gusnabo.

Aunque todavía no c

También quiero decirles que me esta costando mucho hacer esta historia.
Por si no lo sabían soy de esas escritoras que jamás las terminan. Onda siempre las dejó por la mitad.

#Yamevoy.

Besos en el asterisco.

C O N W A Y //pausada//Where stories live. Discover now