Calor, confusión y delirio

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POV Dahyun

Cuando la japonesa entró, su rostro estaba parcialmente pálido y rojo. 

— ¿Dahyun...?

Su pequeña nariz estaba roja también, su cabello, estaba mojado y algo revuelto. Me pareció sexy pero, rápidamente borré esos pensamientos y dejé lo que traía de la cocina en la mesa del comedor, el pulpo a la gallega me pareció poco importante al ver a la joven Minatozaki.

— Aquí estoy. — Hablé viendo como la psicóloga cerraba la puerta y se pasaba el dorso de su húmeda mano por los ojos, restregándolos, como queriendo despertar. Luego miró a todas partes desorientada, un par de mechones caían por su cara, las gotas se deslizaban por sus bellas facciones orientales.

Su chaqueta negra, al ser de cuero, se había mojado por completo, se notaba que le pesaba y le molestaba. Me acerqué a ella y se la quité con cuidado. Todo su cuerpo estaba mojado, había pasado el día entero fuera, la lluvia no cesó en todo el tiempo que estuvo paseando.

— Gracias. — Murmuró la chica mientras yo dejaba la chaqueta sobre el radiador. — Oh, ¿cenaremos pulpo? — Hizo el intento de acercarse a la mesa pero me interpuse en su camino, puse mis manos en sus hombros y la frené. 

— Cenaremos cuando te cambies de ropa, por dios, estás calada hasta los huesos Sana, mírate. — La miré de arriba a abajo de manera descarada, aprovechando la situación un poco, me sentí mal por hacerlo pero, no lo pude evitar. De todas formas no se dio cuenta al parecer. 

— Uhm, sí pero, déjame cenar primero. — Murmuró y volvió a dirigirse a la mesa, hice lo mismo que antes y no la dejé pasar, soltó un pequeño suspiro y me di cuenta de que tenía la voz un poco desgarrada, como si se hubiera quedado afónica o ronca. El frío le habría afectado.

— No, hazme caso o me lo como todo yo. — Intenté imponerme e inducirle respeto pero de nuevo la altura le daba la vuelta a la situación. Ella bajó la mirada y la clavó en mí, mi cuerpo flaqueó al instante por su culpa. Me perdí en sus ojos llameantes de tigre, sentía que me ahogaba en un mar de sensaciones y emociones placenteras y dulces. 

Es tan hermosa.

En ese momento, Sana alzó su mano y acarició mi mejilla. Sus dedos, mojados y fríos, en contraste con mi cálida piel. Me dió un escalofrío. Simplemente me dedicó una sonrisa suave y silenciosa. No pude evitar contagiarme de esto, sentía la necesidad de sonreír junto a ella.

Me dejó sin defensas con tres simples gestos, de regalo, observé sus preciosas facciones, cosa que para mi era una maravilla. Sus ojos eran preciosos, de verdad, me enamoraban cada día más.

Se acercó a mi rostro, de manera lenta y precisa.

De verdad creía que me iba a besar.

Pero no lo hizo.

En cambio, juntó su frente con la mía de manera suave e indolora. Cerró sus ojos y sentí su respiración tibia y relajada sobre mis labios. Pero algo estaba mal en esto. Cerré mis ojos y comprendí qué era lo que me causaba confusión. Su frente, ardía, estaba muy caliente y eso no estaba bien, Sana estaba enferma, tenía fiebre, y al parecer alta..

— Sana... — Dije en un murmullo, estaba nerviosa, esta situación me ponía nerviosa. Pero tampoco quería frenarlo, la adrenalina me emocionaba de alguna u otra manera.

— ¿Hmm? —  Respondió ahora apegándose un poco más a mi, rozando su nariz roja y mojada con la mía. No se si estaba cariñosa o aturdida, de verdad que esto me confundía. — ¿Dahyun? — Susurró y consiguió sacarme de mis pensamientos.

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⏰ Last updated: Jun 11, 2020 ⏰

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