Diez

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Su vestido blanco le ajustaba tan bien a su cuerpo, que parecía hecho a su medida. Sus zapatos negros con poco tacon le hacían lucir unas piernas más largas y esbeltas. Su maquillaje sencillo remarcaba sus hermosos ojos. Ella estaba perfecta. Y Dante lo notaba. Asique no siguiendo las órdenes de su padre de quedarse en casa y dejar a Alisha disfrutar de su fiesta, al momento de ella salir del brazo de un Tomás muy bien vestido, el los siguió en silencio en su auto. Dante había sacado su licencia y comprado un auto con el dinero ahorrado de sus múltiples trabajos en la adolescencia.

Dante vio cómo Tomás Herón abría la puerta de su mate y besaba su mano antes de ella bajar. Entraron al salón y se sentaron en una mesa con sus nombres. El desde el segundo piso (estaban en un gimnasio y arriba había un mirador donde el profesor evaluaba a sus alumnos) Dante observaba toda la situación meticulosamente calculada.

Vio reír y bailar a Alisha con sus amigas. Vio a Tomás coquetear con otras chicas mientras Alisha no lo veía. Lo vio besar a una pequeña rubia. Dante se llenó de ira ¿Cómo es posible que Tomás engañara de esa forma a su muñequita? Si, el no estaba de acuerdo con su salida, pero al menos le debía respeto a su mate.

Su sangre hirvió al ver como Tomás le coqueteaba a Alisha diciéndole cosas al oído. Luego vio cómo ambos iban al jardín sin compañía. ¡Dante sabía lo que eso significaba! No era tonto.

Mientras tanto Alisha estaba feliz. Tomás le había dicho que tenia un regalo muy especial para ella en el jardín del gimnasio. '¿un regalo? Que caballeroso es Tomas' pensó Alisha.

Al llegar bajo un árbol en una parte muy oscura, Alisha comenzó a tener mucho frío y una mala sensación se instaló en su pecho. No veía nada bueno venir. Asique paró detrás de Tomás.

-Tomás, hace un poco de frío, ¿porque no me das mi regalo mañana y mejor volvemos con los demás? - pregunto con cautela. Pero Tomás giro con una sonrisa espeluznante en el rostro que asustó mucho a Alisha.

- Ven aquí Alisha. - Su voz estaba un poco más ronca. Alisha no queriendo tener problemas fue inmediatamente.

-Dime Tomás. - Preguntó.

Tomás viendo lo cerca que estaba sujeto con fuerza sus manos y la acorraló al árbol. La miró intensamente mientras su mano recorrió su rostro. 'Debí venir con Dante, como el ofreció' pensó Alisha mientras gruesas lágrimas caían por sus ojos.

- Llevó detrás de ti desde primaria. - sonrió Tomás- y aun así no pude acercarme por culpa de tu asqueroso perro faldero. - Tomás llevo sus labios al cuello de Alisha mordiendo con fuerza hasta dejar una marca. Alisha quizo gritar pero el chico puso su mano en su boca. Cerró los ojos con asco.

- ¡Sueltala ahora mismo maricón! - Dante estaba muy furioso. Casi pierde el control al ver las lágrimas de Alisha.

Tomas levantó asustado el rostro del cuello de Alisha. Sabía que contra Dante, un chico mayor y con experiencia no tendría ninguna oportunidad. Asique recurrió a victimizarse.  'mierda, pensé que este idiota no había venido'

- oh, hola Dante. - sonrió asustado- esto no es lo que parece, ¡ella me cedujo! Y pues yo soy un chico hormonal y cedí a sus encan - ¡crack! El doloroso sonido de una nariz rota llegó a los oídos de Alisha. El pobre Tomás se había desmayado con sólo ver la sangre en su mano luego de palpar su nariz. Dante corrió preocupado tratando de olvidar su ira, hacia Alisha.

La abrazo con fuerza mientras se quitaba su chamarra y la tapaba con eso. Alisha lloró en el pecho de Dante mientras muchos "gracias" salían de su boca.

De rodillasWhere stories live. Discover now