Poema #2

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Yo que soy creyente del dejar de buscar para que te encuentren

y tú,

sé que ahí estabas,

benévolo,

creciendo las flores anacaradas de mi jardín.

Con tu presencia silente,

entrando a la selvática en mi cabeza.

Apareciendo cuando mi juicio se calla,

cuando solo hay ruido desconcertador.

Tu idea que calma en mi nostalgia.


No se cómo paso,

tampoco quiero envolverme en la encrucijada

intentando comprenderlo.

Que mi huida sea de la mía a la tuya.

Que te quiero.

Que beso cada milisegundo a tu lado,

a ver si el tiempo y el "para siempre" se empeña en ponerse de nuestro lado.



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