Tu partida no fue benévola como dijiste.
Fue violenta,
rompiendo puertas y ventanas.
Rompiendo la apertura que deje abierta
para que volvieras siempre que quisieras.
Estoy nadando en esta soledad silente,
ruidosamente quieta
y estas paredes que parecen gritar que te olvide.
Lo intente tanto
Que olvidarte se volvió casi un arte para mí.
Ahora no concibo otro recuerdo que el besarte.
Besarte era besar todas las constelaciones en una,
porque parecías llevar el cosmos en tus manos,
las estrellas en tu piel
y las constelaciones en tu boca.
Pegaste tu polvo estelar en mi pelo,
sin piedad.
No puedo quitarlo,
no hasta que te olvide.
Y ahora,
quien diría, amor,
que mi agonía es mirar tus ojos que ya no me miran.
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ESCRITOS EN LA PIEL
PoetryUna pequeña colección de poemas sin sentido entre si, pero que de alguna forma, forman parte de mi piel Caterina Acosta Gaisch
