Are You Addicted (Volumen II)

Capitulo 284: La calidez raramente mostrada de alguien

A los ojos de Gu Wei Ting, viendo el esfuerzo y sacrificios de Bai Luoyin, incluso sin una relación de familia pero con solo observar a tal joven sufriendo al pasar por dificultades, le fue aún más difícil de soportar, sin mencionar que este se trataba de su hijastro.

Bai Luoyin tomó un trozo de carne con sus palillos, y con dedos temblorosos lo puso en el tazón de Gu Wei Ting, entonces siguió comiendo sombríamente el bollo. Su corazón y mente no estaban en este lugar. No tenía apetito, y comer era un mero proceso que no diferenciaba entre si sabía bien o no.

Gu Wei Tin comió el trozo de carne en su tazón y entonces miró a Bai Luoyin. De pronto, la carne en su boca se volvió difícil de tragar.

Bai Luoyin estaba tan inmerso en su pesar de ver partir a Gu Hai, que ni siquiera notó que un par de palillos se detuvieron justo frente a su tazón.

“Come.” dijo Gu Wei Ting, mostrando una calidez raramente visible.

Bai Luoyin quedó atónito al ver los palillos bajo sus párpados. Observó el trozo de carne sostenido por los palillos, sus labios se movieron e inconscientemente los separó. El trozo de deliciosa carne lentamente se deslizó por su boca, que junto con el amable sentimiento del papá de Gu Hai, le dejó una profunda impresión en el corazón.

Si él fuese un soldado común, al ser alimentado personalmente por tan prestigioso general, este impacto habría venido por la disparidad entre sus posiciones.

Pero esta conmoción en el corazón de Bai Luoyin era totalmente debido a que se trataba del papá de Gu Hai.

Esta persona, quien hace nueve años encerró a Gu Hai bajo el oscuro y frío túnel, quien lo amenazó, quien los obligó a estar en desesperación hasta el punto en que necesitaron huir. Esta persona quien lo culpó y albergó sentimientos difíciles hacia él cuando vio a Gu Hai herido en el accidente de coche... Hoy, él usó sus gentiles manos para sostener un trozo de carne y alimentarlo personalmente, solo porque sabía que Bai Luoyin no podía hacerlo debido a sus temblorosos dedos.

Gu Hai lo había alimentado en numerosas comidas, e incluso entonces, Bai Luoyin no se sintió como si quisiera llorar. Pero hoy, cuando Gu Wei Ting lo alimentó con este bocado, de pronto se ahogó en emociones.

Ya no más con la mentalidad de hace nueve años, cuando solía caminar sin un fin en especial y con la mente y acciones solo dando un paso a la vez. Bai Luoyin ya había pasado por todo tipo de dificultades y sufrimiento, él ahora había llegado a entender el verdadero significado de la responsabilidad. Finalmente se había dado cuenta de qué tan desesperada y ferozmente necesitaba ser reconocido y bendecido por Gu Wei Ting.

En el camino de regreso, la mente de Gu Wei Ting estaba llena de la imagen de Bai Luoyin intentando arduamente contener las lágrimas. Esos ojos rebosantes de lágrimas, despiadadamente tiraban de su corazón.
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Al regresar a su propia habitación después de entrenar al filo de la noche, Bai Luoyin se dio cuenta de que faltaba la cobija en su cama.

Mientras se preguntaba donde estaba, escuchó que alguien llamaba a la puerta.

Liu Chong asomó su cabeza al interior y preguntó levemente, “Comandante, ¿puedo entrar?”

Bai Luoyin giró su cabeza, “¿Por qué no podrías?”

Después de que entró, Bai Luoyin vio que sus hombros cargaban una cobija.