𝐋𝐎𝐒𝐓 | DRACO MALFOY | PRIMER LIBRO

20. La verdad tras las palabras.

Ya no era la niña tonta que creía que todo lo que hacía el Señor Oscuro estaba bien. Y sentía una ira enorme de tan solo pensar que había pasado toda mi vida equivocada respecto a ese tema. Me sentía inútil, una ignorante y manipulada. Mis padres habían conseguido manejarme de la manera que ellos han querido y eso no me hacía sentir mejor.

— ¡Annie, espera! —Una voz masculina y completamente reconocible suena al final del pasillo junto a unos pasos apresurados, pero no me giro.

Sé perfectamente quién es.

Mis pasos se aceleran y mis lágrimas comienzan a caer lentamente por mis mejillas mientras que recuerdo la sensación tan horrible que había sentido cuando lo había visto ahí junto a la Brigada Inquisitorial.

Sí, sabía que era la peor persona en decir esto, pero la sensación de traición era tan dolorosa que no sabía cómo controlar mis emociones. ¿Sería así cómo Draco se iba a sentir cuando se enterase que yo me he acercado a él con un propósito?

Siento que me voy a volver loca. Mi cabeza estalla y pronuncio rápidamente la clave de la sala común para así abrirse y dejarme entrar sin que Draco me llegue a alcanzar. Quiero subir a mi habitación y encerrarme, pese a arriesgarme que Pansy y Daphne estén allí, prefería soportar sus burlas antes de tener que enfrentarme a Draco.

No, no podía.

— Eh, Annie —Una voz me distrae, me coge del brazo y yo alzo mi mirada hacia los ojos oscuros de Blaise, que brillan con un toque de preocupación.

— Ahora no, por favor —Murmuro, sintiendo las lágrimas de mis ojos caer por mis mejillas y queriendo escapar.

— ¿Qué ha pasado? ¿Quién te ha hecho llorar? —Me pregunta, cogiendo más firmemente mi muñeca. — ¿Ha sido Malfoy? Porque si me dices que ha sido así, pienso ir a...

— No ha sido nada, Blaise. Por favor, quiero estar sola... —Le pido, mientras que me deshago de su agarre y me giro hacia las escaleras.

— Annie —La voz agitada de Draco resuena, obligándome a cerrar los ojos y suspirar.

No he pisado ni el primer escalón cuando me paro en seco y pienso si lo mejor es subir y dejar las cosas enfriarse o girarme y soltar todo lo que tengo que decir.

— Por favor, no huyas más de mí —Su voz suena tan ronca como desesperada, pero no sé qué pensar. Me duele el alma de tan solo pensar el error que había cometido de confesarle el secreto que mantenía junto a los demás.

— ¿Perdón? —Murmuro, girándome y mirándole con dolor. — Yo no me alejo de ti, Malfoy. Eres tú quien me aleja de ti. —Bajo el escalón que me he subido y lo miro a los ojos, ignorando que hay personas de Slytherin mirando la discusión. Me importa una mierda.

— Déjame hablar, por favor. No es lo que parece, lo que ha pasado ha sido una terrible coincidencia, te lo juro... —Murmura él, haciendo leves gestos para intentar ser más creíble ante mis ojos, pero nada de eso funciona.

— Confié en ti, Malfoy —Le interrumpo, tocándole con mi dedo índice en su pecho y alejándolo un poco más de mí. — Me sacaste un secreto con tus encantos y se lo has dicho a Umbridge. ¿Sabes en el lío que me has metido? —Le pregunto, mientras que mi cabeza parece trabajar de más.

— ¿Qué estás diciendo, Annie? ¿Por qué estás metida en un lío? —Pregunta Blaise, metiéndose en la discusión.

— Hazme el favor y no te metas, Zabini. Esto es una cosa entre Annie y yo. —Le contesta Draco, mirándole de reojo con molestia.