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ᴍᴀʀᴀᴛᴏɴ ⒉/⒋

Mᴀᴛᴇᴏ

Llegamos a casa y trajimos a Juana entre todos. Entramos tratando de no hacer mucho ruido, para que mi viejo no se despierte.

Le pedí a los chicos que ya se podían ir a sus casas, que yo me podía hacer cargo de Juana.

La llevé hasta el baño. Puse para que la bañera se vaya cargando con agua tibia.

La acosté en la cama y la fui desviestiendo lentamente. Ella seguia dormida.

Una vez lista la lleve hasta la bañera, la acomde y comencé a pasar la esponja por su cuerpo. Lentamente ella fue abriendo los ojos.

—¿Que que paso? —pregunta confundida. Empezó a mirar por todos lados hasta que me encontró, una media sonrisa salio de su rostro al verme.

—No sé que te paso Jua. Pero si se que ahora estas en casa y estas a salvo —digo pasando la esponja por su espalda.

Ella me sonrió, hasta que se dio cuenta que estaba desnuda y se empezó a tapar.

—Tranquila —digo riendo — No hay nada que yo no haya visto.

Así me quede toda la noche, ella se quedaba quieta tratando de recordar que fue lo que paso, y yo estaba bañandola.

Una vez que terminamos la ayude a que se cambié y la acompañe hasta su pieza donde quedaba su cama.

—Quedate conmigo teo —me dice mientras la veo que ya estaba tapada.

—Van a ser las cuatro de la mañana, a las seis me voy, ¿esta bien? —pregunto mientras me acerco para acostarme con ella.

Cuando ya me encontraba en la cama, ella paso su brazo por mi panza haciendo que yo la acerqué más hasta donde me encontraba. Empecé a hacerle mimos mientras que ella se dormía.

(...)

Jᴜᴀɴᴀ

Me encontraba en una pieza toda oscura. Estaba atada a una silla, mis muñecas estaban rojas de la fuerza de la cuerda que me apretaba más y más.

Había dos chicas, la rubia con la que estaba hablando recién y otra que era pelirroja. Las dos estaban mirándome atentamente mientras se reían.

Mire mi cuerpo, estaba desnuda y tenia algunos moratones y estaba algo transpirada.

La rubia se me acerca lentamente, parecía que me estaba por golpear con un vate en la cabeza. Y eso fue lo que hizo.

Me desperte, estaba agitada y toda transpirada. Mire a mi lado encontrandome con Mateo quien dormía dulcemente.

Mire la ventana, ya era de día, genial, mire la hora, diez de la mañana.

Tenía hambre, quería desayunar.

Fui con cuidado hasta la cocina. Agarre una taza y puse para tomar un café con leche. Cuando ya termine de armarlo me fui hasta mi pieza de vuelta.

Deje la taza en la mesita de luz para poder despertar a teo.

—Matu —digo en voz baja y sacudiendolo para poder despertarlo.

Él comienza a dar vueltas por la cama. Volví a sacudirlo y esta vez despertó.

—¿Estas bien? —pregunta con sus ojitos achinados, sus labios hinchados y con esa voz ronca que tiene.

—Si estoy bien —digo mientras él se acomoda para hacerme lugar —Gracias a vos.

Me abraza y me da un beso en la cabeza.

—No pude hacer mucho igual —dice mientras se acomoda mejor.

—Ayudaste mucho teo enserio. Te quiero —digo mientras me acomodo en su pecho.

Comenzó a hacerme mimos por mi brazo mientras miramos la tele.

—¿Querés? —le ofrecí un poco de mi desayuno.

—No, esta bien, toma vos —dice con una sonrisa.

Nos acomodamos bien los dos para poder mirar juntos la tele y que nadie nos interrumpa.

Aún no se muy bien que fue lo que me pasó.

—Ah me olvidé —se levanta teo —Pude recuperar tu celular —me da mi celu.

—Ay gracias, muchas gracias enserio —lo abracé.

—De nada —hace media sonrisa.

Le di un besito en sus labios y me volví a acomodar en la cama para mirar la tele.

PRIMOS | trueno.Where stories live. Discover now