Loyal Knight.

Capítulo quince.

—Dos pájaros de un tiro. —rió.

Wei WuXian no podía comprenderlo.

¿Cómo otro humano podía quitar tantas vidas para después asesinar aún más?

¿Todo por poder?

¿Tan grande podía ser la avaricia de un ser humano?

El cultivador no podía si quiera contestarle, sentía tanta repulsión hacia su persona que no encontraba su voz para poder hablar. 

—El tiempo ha terminado. —volvió a hablar el rey después de un largo silencio.

Se acercó lentamente hacia Wei WuXian y agarró su pelo suelto, comenzando a arrastrarlo hacia  la piscina, mientras que con la otra sujetaba el Chen Qing. Este intentó resistirse, pero sus manos seguían esposadas y sus piernas no reaccionaban.

Una vez llegaron al borde, Jin GuangShan empujó la cabeza del cultivador hacia delante, provocando que Wei WuXian lograra ver su reflejo en el mar de sangre. El olor era tan fuerte que sentía cómo todo su estomago se removía e intentaba salir por la garganta.

—Tú... —susurró al oído del cultivador.— Serás quien inicie el ritual y también el que lo finalice... Con tu vida.

Después de una risa, Jin GuangShan dio un paso hacia atrás y antes de lograr patear al menor, Su She se aproximó rápidamente a su lado y habló.

—¡Déjeme hacerlo! —su mirada pedía venganza.

—Oh...

Justo en ese momento de descuido, Wei WuXian alargó sus brazos hacia su Che Qing y con las últimas fuerzas que le quedaban logró arrebatársela al rey.

—¡Espera! —gritó sorprendido pero fue demasiado tarde.

Su She ya había pateado al cultivador hacia el interior de la piscina y una vez las almas errantes sintieron la presencia de un alma en calma comenzaron a agitarse, al igual que el líquido rojo.

El ritual había comenzado.

De la sangre comenzaban a formarse pequeñas burbujas; las luces comenzaron a parpadear y el suelo, al igual que las paredes, temblaron levemente por un largo tiempo.

—¡Estúpido! —gritó enfurecido Jin GuangShan.

—¡Mi rey! ¡Yo...! —sus cuerpos se tambaleaban.— ¡Lo siento!

Jin GuangShan no podía soportar más a ese fastidioso, cretino y estúpido soldado, lleno de ira empujó a Su She hacia el interior de la piscina pero este logró resistirse, evitando sumergerse en ella y metiendo tan solo una pierna en esta.

El temblor había aumentado y cada vez las luces junto a las antorchas se apagaban y se encendían más rápido; además de eso, unos gritos comenzaron a escucharse por toda la sala.

Eran todas las voces de las personas que habían sido degolladas y asesinadas sin piedad para poder llenar esa piscina de sangre.

Jin GuangShan se tapó los oídos mientras intentaba caminar hacia una pared, dónde sus soldados lo esperaban para poder ponerlo a salvo. Mientras que Su She había corrido desesperado hacia una esquina de la sala y se había sentado en esta, temblando e intentando quitarse la sangre que había manchado toda la vestimenta de su pierna, incluyendo esta.

Después de unos minutos, los gritos y los temblores cesaron dejando tan solo un foco de la habitación que había logrado mantenerse encendido, pero los cables a los que estaba sujetado habían perdido el soporte y el foco se balanceaba de un lado a otro justo encima de la piscina, que también había dejado de bullir.