Tenia un cabello oscuro y unos ojos azabaches, aunque su piel no era morena como la de su madre.

Me quede hipnotizada mirándolo, y cuando paso por mi lado en dirección a la puerta estire mi mano para tocarlo. No se muy bien en que pensaba, pero el me traspaso y sentí un dolor muy agudo en esta.

Demasiado.

Sentí como ascendía, volvía, era aspirada por la realidad.

Pero a lo lejos, seguí escuchando.

Se escucho un golpe.

- Corre! - grito la mujer.

Pasos.

Mas golpes.

Portazo.

Desee volver, pero lo pensé dos veces y me deje llevar. Si no fuera así, no sabría como volver.

Cuando volví a sentir los pies sobre la hierba me sorprendí. No recordaba lo pesados que pueden resultar mis pies. Trastabille quebrando una rama, y me di cuenta del grave error que cometí.

Eran impuros, no sordos.

Ni bien reaccione, me fui corriendo sin hacer ruido detrás de un árbol.

Desde ahí, vi como la chica salto sobre Raiden y le coloco una mano en la boca para ahogar cualquier sonido que el produjera.

Al abrir los ojos miro su rostro y ella se llevo el dedo a los labios, para alarmarlo.

Ágilmente, se subió al árbol debajo del cual habían dormido.

Parecían no querer bajar, así que me dirigí al árbol sin que me vieran.

Sean quienes sean, podre con ellos.

Sentí como clavaba su vista en mi, y sucedió lo que me esperaba.

La rojita salto sobre mi, y luego tomo mis manos por detrás de mi espalda.

Me levante y tome sus manos por detrás de la espalda, preparada a lanzar cualquier descarga.

Raiden se había quedado paralizado en la rama. No se movía, no hablaba, ni si quiera parpadeaba.

No forceje ni grite, sino que pensé.

Deje tan desconcertada a la chica al no emitir ningún sonido que, cuando menos se lo esperaba, me safe de su agarre y comencé a correr.

No Debían saber que yo sabia que querían, sino nada me dirían.

Estaba analizando, pensando.

La chica comenzó a seguirme, y luego escuche como se sumaban los pasos de Raiden. Corrimos bastante, pero nunca a mi mayor velocidad, no quería que me perdieran.

Aun así, le saque unos cientos de metros de ventaja. No era lo suficientemente rápida para alcanzarme. Después de todo, era impura.

Seguí corriendo, viendo cuanto aguantaba, pero aunque no estaba físicamente cansada, la pelirroja freno.

La vi concentrarse, y me pare en seco.

Iba a utilizar su don, y no podía perdérmelo.

Continué corriendo, aunque no tan rápido, y la pelirroja se había acercado a mi de modo que solo le llevaba 20 metros de distancia.

Sentí como la atmósfera se cargaba de electricidad y, antes de que pudiera darme cuenta, una fuerte corriente eléctrica me atravesó.

Pero no me hizo suficiente daño. Solo me enfureció.

BuscadosOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz