❛ The Road To You ❜ › malisaac.

━ u n o.

Las cosas realmente no iban de acuerdo a lo que tenia en mente,  creí que al subir avión todo iba a ser fácil y por fin tendría la vida parisina que tanto quería, pero al parecer el universo tenia su propio plan ya que no hice nada más que encontrarme con contratiempos.

Primero tuve  que lidiar con el estúpido oficial de inmigración que me miraba como si estuviese seguro que si abría la maleta iba a encontrar algo ilegal o por el estilo, el vuelo fue retrasado una hora, había una chica que al parecer no sabia leer y se le ocurrió tomar mi asiento, y la comida era horrible. ¿En serio no pudo Lydia avisarme de esa parte?

Cuando por fin aterrizó, era más noche de lo que esperaba y la estación de trenes se encontraba más vacía de lo que le gustaba. Tratando de ignorar esto ultimo, tome el celular para revisarlo y para mi no sorpresa tenía algunas llamadas perdidas de Scott y Lydia.

Scott: Llama cuando aterrice el vuelo.

Lydia: Y ten cuidado, han habido algunas huelgas en París en estos días.
Lydia: Y los trenes paran mucho, y cambian o cancelan sus rutas.
Lydia: ... y no firmes nada en la calle.

Scott: Pero diviértete Malia, estaremos esperándote.

Rodé los ojos, ambos habían sido bastante insistentes en que me quedara, especialmente Lydia. Me había recitado una lista de cosas que podrían ir mal, pero se detuvo en cuanto Scott finalmente se hizo a la idea que no iba a cambiar de opinión, merecía un cambio después de todo el drama que había vivido en Beacon Hills. Aunque pobre Lydia, no quería quedarse sola.
Cuando el tren finalmente llegó (con varios minutos de retraso) me hice camino para entrar y sentarme rápidamente en uno de los asientos de la ventana, y noté que alguien se situaba frente a mí. ¿En serio? Hay tantos lugares libres y escoge venir donde estoy yo. Elevé mi rostro y me encontré con un chico de cabello café rizado, que se encontraba viendo el camino en la ventana con los auriculares puestos, sus ojos tenían un brillo especial y las comisuras de sus labios amenazaban con formar una sonrisa como si lo que sea que estuviera escuchando le hiciera feliz. Con algo de curiosidad y sin poder evitarlo agudice mi oído, esperando saber qué era lo que oía.

❛ I don't know about you, but I'm feeling twenty two, everything will be alright...❜

Dejé de escuchar después de unos segundos, conocía esa canción: era Taylor Swift cantando. Me mordí el labio para no soltar una risa, al parecer solo la cara de misterioso tenía pues su gusto en música no lo era. Pasaron unos minutos donde evite volverlo a mirar, concentrándome en lo que había fuera en la oscuridad de la ciudad, y contando el numero de paradas que hacía. Escuché una voz proveniente de la bocina del vagón. Mierda, no podía entender nada de lo que decía, aún no llegaba a la lección de anuncios de trenes en Duolingo. Tenía que ser algo importante porque este se detuvo, y en ese momento no supe si bajarme de ahí y buscar otro medio de transporte o quedarme ahí esperando que no fuese algo importante aunque arriesgándome a perderme. Lydia me había advertido de esto, yo que creía para darme razones de no venir, pero no me había dicho qué hacer en dado caso, esto era mucho para una coyote que apenas había salido de su "cueva".

Para mi sorpresa fue el chico del otro asiento quien habló primero, esperaba escuchar algo en francés pero a mis oídos llegó una voz ronca sin ningún rastro de ser francés, así que el chico-no-tan-misterioso no era francés. Mis ojos se posaron en él, wow, su voz era segura y firme.

— Yo preferiría bajarme aquí mismo.

Como si me hubiera leído mis pensamientos contestó a mi pregunta, y por alguna razón tenia la intuición de que el había estado en Francia mucho mas tiempo que yo (que era aproximadamente una hora). Fruncí el ceño, eso fue todo lo que dijo, lo vi levantarse y mirarme por unos segundos como si preguntándose si no lo había escuchado.