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Encontrándose en la noche de Halloween de 1987, Arthur Vlades, un habitante más, de el pequeño y un poco estresante pueblo de Holstein, aquel lugar en donde la leyenda de “Tolle”, era más grande que la población entera. Dialogaba con su compañero y colega: Paul Ford.
–Creo que para la noche siguiente, los habitantes del pueblo habrán quitado las decoraciones por las festividades, así que tal vez, deberíamos hacer algo innolvidable para que este no sea otro año como el resto.
Una mirada de aprobación se dirigió hacia Paul, la respuesta, era sí.
–Pero, ¿qué podemos hacer?. No creo que pedir golosinas como el resto sea muy divertido, ni tampoco asustar con los típicos trajes de siempre.
Muchas ideas se le venían a la mente a ambos, hasta que una, chocó la mente de Arthur.
¡Era brillante!,¿cómo no aprovechar esta oportunidad?, todos estarían disfrazados, así que no sería un problema, el ser reconocidos por la gente ni cometer un “crimen” aquella noche sería algo tan alarmante.
Alistaron sus disfraces, guardaron sus pequeñas armas blancas y se pusieron manos a la obra.
Paul se vistió con un traje común y corriente para simular ser algún descuidado transeúnte que había sido asesinado por algo o por alguien.
Mientras que Arthur de el culpable de aquel crimen: «La leyenda de Tolle»
Arthur al tener habilidades como cazador, conservaba los restos de un venado que días atrás, había cazado.
Untó los restos del pobre animal, encima de el traje de Paul y se prepararon para salir a realizar su cometido. El hedor que expulsaba el animal era algo asqueroso, pero Paul estaba dispuesto a aceptar esa pequeña rareza para lograr su cometido.
Su plan, no consistía solamente en darle un susto a un tercero y hacer que moje sus pantalones, sino también en realizar el mejor susto de toda la historia del pueblo, Arthur sería Tolle.

             *Unas horas más tarde*

–Ok, Arthur, estamos listos, ya está todo preparado, ¿en qué lugar nos situamos ahora?
Este, pensaba en algún lugar en el que no fuera tan recurrente que pasara por allí algún pequeño niño o algún adulto miedoso.
Las ideas flotaron de su mente como humo de tabaco, alzó la mirada, exclamando:
–¡Tengo el lugar perfecto!
Paul solo continuó en suspenso hasta que Arthur bajó la mirada y continuó: –En la entrada del viejo circo detrás de los suburbios de el pueblo.

Una vez en el lugar, creyeron que no pasaría nadie por allí, pero estaban en un error, muchas más almas de las que esperaban, se presentaron por el sitio.
Arthur empujó a Paul, mostrando su pequeño cuchillo a los transeúntes.
Aquellos pequeñuelos observaban con detenimiento “el crimen” que estaba ante ellos, entre gritos y exclamaciones de auxilio, abandonaban el lugar para correr hasta las puertas de sus casas, esperando que sus «mamis»,contestaran y les brindaran protección detrás de ellas.
Al encontrarse de nuevo en soledad debajo del manto oscuro de aquella noche estrellada, soltaron ambos una carcajada, que los llevó a otra y otra y otra......Se prepararon para volver a realizar su «malicia».
Lo hicieron dos veces más, hasta que Paul le dijo a Arthur: -Creo que no debemos seguir con esto, la primera vez fue divertido, tal vez la segunda, pero ya la tercera, ya no.
Arthur solo le contestó a su colega con un poco de disgusto: –Está bien, hagámoslo una vez más.
Paul asintió con la cabeza, mientras se preparaban para continuar con el último susto.
Una anciana que pasaba a unos cuantos metros de ellos, se disponía a pasar por delante.
Paul sentía un poco de miedo porque aquel acto resultara en un desastre, con lo que le dijo a su colega: –¿Crees que debamos asustarla a ella?, ¿y si ocurre algo que no estaba planeado?
Arthur cerrando los ojos y aganchando su cabeza con algo de decepción le dijo: –No pasará nada, solo será un susto más para la colección de este año.Debes creer en mí.
–Está bien, hagámoslo.

Pasos que se aproximan....

–¿Paul está bien?, ¿vamos?
–Sí.
Siguieron los mismos procesos de antes; Paul salió de la oscuridad que los rodeaba, mientras Arthur mostraba su arma, impregnada por la sangre antes mencionada.
La anciana lanzó un gritó y cayó tendida en el suelo por la impresión de ver al mismísimo Tolle en persona.
Su corazón no soportó y del susto murió.
Ambos se acercaron a comprobar el cuerpo, y para sorpresa de ellos, no tenía pulso.
–¡¡Arthur!!!!, ¿qué hicimos?
Este, solo se quedó inmóvil, los músculos se le contraían, ¿qué habían hecho?
Paul continuó insistiendo, Arthur continuaba inmóvil, aumentaba la tensión, ambos sentían que sus corazones iban a estallar.
Un golpe en la mejilla despertó a Arthur.
–¿Qué haremos ahora?, ¡¡no quiero ir a prisión!!–decía Paul.
Arthur le gritaba que se callara, que ya pensarían en algo.
–No tenemos tiempo, ¡¡no quiero ir a prisión!!!
La paciencia de Arthur cayó al suelo y se hundió hasta el fondo de la tierra.
–Maldición–dijo mientras, levantando su puño, le asestó un tremendo golpe a Paul–Debemos hacer algo, tal vez debamos huir, no creo que no, desaparezcamos el cuerpo.
El desdichado sujeto pensaba que sería el fin del mundo, en parte, lo era, por una broma habían asesinado a una anciana.

A lo lejos, un oficial de policía se acercaba...

Los dos sujetos, arrastraban el cuerpo hasta su lado de la acera, cuidando de no levantar sospechas ni ser vistos por nadie.
Lo consiguieron, el policía pasó por el lugar, pero una pequeña mancha de sangre le llamó la atención.
Se aproximó a revisarla, efectivamente era sangre.
–Rayos, le dije a Bob que era mejor que anduviéramos los dos en la patrulla, no quería tener problemas esta noche.
Contactó a su compañero, que se encontraba lejos del lugar debido a un “pequeño”contratiempo, quien le dijo que estaría por allí en unos cuarenta y cinco minutos.
Las tontas manos de Arthur, un pequeño descuido y un pequeño cuchillito ensangrentado llamaron la atención de el oficial, que no dudó en acercarse, apuntando con su arma hasta el lugar de donde provenía el sonido metálico de el cuchillito al caer al suelo.
Arthur no tuvo más opción que tomar el cuchillo restante y clavarlo en la garganta del oficial al percatarse de que este se acercaba.
–¿Qué hiciste, Arthur?!!!
Ahora había dos problemas, no solo tenían dos cuerpos sin vida a sus pies, sino que tal vez alguien los vería y  podrían ser descubiertos.
–Rápido–decía Arthur mientras señalaba con su dedo los crímenes–limpia con tu traje los restos de sangre que hay en el suelo y salgamos de este lugar, no podemos llevarnos los cuerpos,antes pensaba que podríamos,pero nos encontramos a diez minutos de la casa; así que sería un suicidio arrastrarlos hasta allá,dejémoslos ocultos en la entrada de el circo, justo detrás de la puerta. Así se hizo.
Suponiendo que alguien lo encontrara, no había rastros de sangre y sería algo complicado que encontraran más pistas–pensaban ambos–nos largaremos de aquí y haremos como que esto jamás pasó.

Unos cuarenta y cinco minutos más tarde, justo a las 21:45, el oficial solicitado por su compañero fallecido llega al lugar esperando encontrar a su compañero.....

–Oh demonios, ¿Carl me estará jugando una broma?
Sonriendo y mientras soltaba una carcajada decía: –Ja ja, vamos Carl, sé que es Noche de Brujas, pero ni tú ni yo estamos para juegos esta noche. Vamos sal de dondequiera que estés.

Su pedido fue concedido de la peor manera posible, el cuerpo de su compañero no había sido acomodado bien junto a la puerta de la entrada del circo, lo que por consecuencia provocó que esta se abriera y se mostrara la horrorosa imagen.
–Cielos, Carl!–exclamó mientras se acercaba a revisar a su compañero.
–¿Qué ha sucedido?
Desesperado,contactó a la comisaría del pueblo y no tardaron en llegar al lugar, siete oficiales, dos patrulleros y el sheriff local.
–Por lo que podemos notar Bob, Carl no fue asesinado hace mucho rato. ¿Hace cuánto tiempo llegó usted al lugar? –preguntaba con intriga el sheriff Mackagan.
Secándose una lágrima que corría lentamente por su mejilla, respondió: –Apenas hace unos minutos, señor.
Otro colega dijo en voz alta: –Señor!, debe ver esto, tenemos un segundo asesinato: una señora de aproximadamente ochenta años, cabello blanco y piel pálida,probable paro cardíaco, se encuentra aquí mismo.
–Que llamen a el departamento forense y que le lleven estos dos cuerpos para ser examinados, debemos determinar qué pasó y averiguar quién es el culpable. Seguiremos las pisadas que hasta dar con el sospechoso.

*Al cabo de dos horas; el diagnóstico fue entregado en las manos de Mackagan.*

Halloween De 1987Where stories live. Discover now