— ¿Ya comiste algo? –dijo el pelirrojo sonriendo inocentemente viendo como su hermano guardaba silencio mientras mordía su labio con nerviosismo– ¿Viste? Si estuvieses realmente preocupado, me habrías buscado antes. –su semblante se volvió triste.

— ¡Bien! Déjalo así, perdón por ser tan malo.

Lo rodeó fuertemente con sus brazos y Hansol sólo podía ver con diversión la pequeña discusión que habían tenido, estaba bastante sorprendido por la facilidad que tenían para arreglarse en cuestión de segundos, pensando que si él no hubiese sido hijo único, lo más seguro es que por una pelea, habría dejado de hablarle a su familiar por meses. Si así actuaba con uno de sus primos más cercanos, que podía esperarse de un hermano.

La voz suave del rubio lo sacó de sus pensamientos y tomó su mano que le extendía para levantarse de donde se encontraba sentado, estremeciéndose un poco ante la acción.

El tercio caminó hasta el instituto sin guardar un poco de silencio. La gente que pasaba junto a ellos los miraba cómo si fuesen una clase de bichos raros, pero solo era una amistad de esas que realmente se disfrutan.

— Uhm… Seungkwan ¿podría pedirte un favor? –Jeonghan habló bajito– ¿Le enseñarías el colegio a Hansol? Necesito terminar una tarea y creí que tú podrías…

— Ya, puedes confiar en mí. –palmeó su hombro y lo vio despedirse rápidamente del menor para salir corriendo a donde quiera que fuese.

En cuanto se quedaron solos, extrañamente el ambiente pudo sentirse más tranquilo que hace unos minutos y Seungkwan se quedó estático mirando a la nada, pensando principalmente en cómo indagaría sobre la orientación sexual de Hansol.

— Oye Seungkwan. –dijo picando suavemente su brazo por cuarta vez sin recibir respuesta– ¡Boo! –gritó fuertemente obteniendo una mirada totalmente confundida.

— Lo siento ¿sí? Últimamente me distraigo mucho pero ven, acompáñame.

Hizo el recorrido lo más claro y rápido posible para poder pedirle por lo menos su número de celular antes de volver a clases.

Estaba consciente de que quería hacer avanzar la relación de él y Jeonghan pero en su mente estaba desesperado por poder hablar más fluidamente con él, más sin embargo no podía, y no sabía exactamente el por qué.

Faltaba poco para que el timbre sonara y al último lugar que pudo dirigirlo fue al salón donde tomaría clases. Al menos ya sabía dónde encontrarlo cuando fuera necesario.

El castaño se despidió estrechando sus manos y al dar un paso para alejarse, sintió como el rubio sostuvo su brazo firmemente pero sin llegar a lastimarlo. Lo miró con cierta confusión cuando notó que Seungkwan comenzó a temblar apenas notable y sólo pudo acercarse a él para abrazarlo con demasiada empatía.

Sin darse cuenta, el mayor estaba correspondiéndole el abrazo también.

— ¿Qué fue eso? –dijo sonrojado separándose de Hansol.

— Pensé que lo necesitabas, parecía que estabas a punto de llorar.

Soltó una carcajada y negó con la cabeza.

— No Hansol, sólo quería pedirte tu número telefónico pero me sentí nervioso.

— ¿Es por qué soy guapo, ah?

— Sin duda. ·cubrió su boca con una de sus manos al darse cuenta que lo que había dicho hizo sonreír apenado al pequeño– No, no quise decir eso, yo… sólo, ¿podrías…?

Asintió sacando una pluma junto a una hoja de su mochila para anotar el número en ella.

Le entregó la nota y entró a su salón, mirando como el rubio la miraba con cierta felicidad.

Al escuchar el sonido de la campana, Seungkwan bajó corriendo las escaleras por si acaso, pero su esfuerzo fue en vano, después de media hora ya se encontraba en las gradas de la cancha principal porque a su “lindo” profesor se le ocurrió faltar, lamentándose un poco porque no llevaba abrigo y el viento comenzaba a hacer de las suyas. Tampoco quería volver a aquel salón, pues estaba vacío y el frío no era menos que afuera.

Decidió enviarle un mensaje a su hermano para ver si estaba disponible, pero la mala suerte lo perseguía siempre; tenía clase.

Bufó un tanto cansaudo y de inmediato recordó que ahora tenía un nuevo amigo. “Tal vez él pueda hacerme compañía” pensó.

Número desconocido:
Hola Hansol, soy Seungkwan ¿tienes clases?


Hansol:
➠ ¡Hola! Uh, no. ¿Por qué?

Se ha cambiado el nombre
de contacto a “Seungkwan

Seungkwan:
¿Podrías venir a la cancha principal? Estoy sólo y aburrido 😔

Hansol:
Te veo en 5.

Inconscientemente, una sonrisa se curvó en su rostro y esperó pacientemente a que el chico apareciera.

Cuando lo miró a lo lejos se levantó y agitó su mano en el aire para que éste pudiese verlo. El frío cesó.

Tomaron asiento y ambos mantenían un raro silencio que no incomodaba a ninguno, a pesar de no decir ni una sola palabra, la compañía era grata en demasía.

Muy de repente reían al estar presenciando a escasos metros, una terrible pelea de novios, de esas dónde siempre el chico luchaba por tener la razón pero la chica siempre ganaba por cualquiera que fuese la razón.

No sabían cómo, pero ahora el par había apostado por quién ganaría aquella disputa.
El rubio estaba casi seguro de que la chica terminaría por pedir disculpas y Hansol por su parte, arriesgaba su dinero del día por qué el sujeto terminaría de rodillas.

Y sí, el castañito se ganó una comida en casa de los Boo.

— ¿Cómo supiste que él… –dijo aún sin poder creer que había perdido.

— Experiencia propia.

— ¿Tienes novia Hansol? –dijo mirando al suelo desanimado.

— Tenía… pero ella era tan problemática e irritante como aquella. –respiró hondo– Pero no la terminé por esas razones

— ¿Entonces?

— No me gustan las chicas ¿sabes?

— ¡Wow! Eso, eso es….

— ¿Horrible? ¿Enfermo? ¿Asqueroso? –dijo inexpresivo suponiendo que esas serían las palabras del mayor que lo miraba con asombro.

— ¡No! Sólo es… wow.

— ¿Wow? –arqueó una ceja.

— Es decir, no lo imaginaba ¿sabes? Y me causa muchísima alegría que tan rápido tengas esa confianza conmigo… me siento especial.

— Lo eres Kwan, el simple hecho de respetar mis preferencias te hace especial para mí. –sonrío ligeramente y las mejillas de Seungkwan se tornaron en un tenue color rosa.

Quería descifrar el porque su cuerpo estaba reaccionando tan de esa manera ante las palabras del castañito pero le era difícil. Tal vez sucedía porque nunca nadie en la vida le había dicho esas palabras con tanta honestidad y cariño. Tal vez solo era eso. De todas formas, nada cambiaba en su mente, la idea de que tenía que ayudar al pelirrojo seguía ahí y tenía que intentar de todo para lograr su objetivo y hacerlo feliz.

Quería escuchar de los labios de Jeonghan decirle que era el mejor hermano del mundo.

^___^ ## ★ DAMN CUPiDWhere stories live. Discover now