39: Noah, cállate.

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Entramos al local y eran los mismos de siempre, solo que está vez tenían una sección especial para juegos 3D y una cabinas de fotos, se me iluminó la cara al verla. Tal vez Noah leyó mi mente o pensó lo mismo, no lo sé, solo sé que tomó mi mano y nos metimos dentro de la cabina.
Eran seis fotos las que daba. En la primera salíamos sonriendo, en la segunda haciendo muecas, en la tercera haciendo muecas de asco, en la cuarta él me daba un beso en la mejilla, en la quinta yo se lo daba a él y en la última nos dábamos un beso en la boca. Mi corazón parecía que se iba a salir de mi cavidad torácica, tal vez no controlaba todavía bien todo eso.

Salimos de la cabina y agarramos las dos tiritas de fotos que habían salido. Las tomé y una le di a Noah, por mi parte una puse en el case de mi celular donde quedaba perfecto.

–Yo lo pondré en mi cartera– dijo, sacando su cartera y metiéndola ahí. Sonreí y le di un beso en la mejilla.

Pasamos a jugar un juego de pistolas estilo vaqueros, consistía en disparar a los malos que te disparaban igual. Me sentía en una película disparando con mis dos pistolas a diestra y siniestra. Noah me ganó por uno, lo cual hizo que me lo presumiera hasta por los ojos.

En el siguente juego fue de encestar balones de básquetbol, toda la vida he sido malísima en básquetbol que ya sabía que ese juego lo tenía perdido. Milagrosamente o no se sí él se dejó perder, le gané. Cómo buena ganadora le presumí mi logro como él lo había hecho, haciéndolo reír.

El tercer juego fue uno de simulador de carrera, esta vez solo jugó Noah ya que –obviamente– yo no podía. En otras circunstancias hubiera jugado y le hubiera ganado, pero no sé podía. Noah ganó un poco de tickets, no se si fue porque la máquina tiraba pocos o él no había ganado lo suficiente.

El cuarto juego era un juego de Star Wars, este era un simulador de una de sus naves, las cuales tenías que ir manejando y disparando a los enemigos hasta llegar al final del recorrido, se veía tan real en todos sentidos. Perdí una ronda y gané la siguiente. Había que admitir que Noah era bueno jugando y para ser mi primera vez jugando eso no había quedado tan mal.

El quinto juego fue un simulador de música. Noah y yo teníamos guitarras, las cuales teníamos que tocar al ritmo de la pantalla para ganar puntos. Me reí muchísimo, ya que Noah fingía ser una estrella de rock y tomaba demasiado en serio su papel.

Al llegar la tarde –casi las seis– decidimos salir de ahí, no sin antes intercambiar el montón de tickets que nos habíamos ganado en los juegos. Habíamos jugando un total de quince –o ahí había quedado mi cuenta hasta que la olvide–, está vez nos había alcanzado para otros premios.

–Estos son sus premios a elegir– habló la empelada del lugar. Mostrándonos un peluche enorme de vaca, un peluche de Stich y un par de playeras de pareja que según el letrero la podríamos personalizar a nuestro gusto.

–Quiero las playeras– hablé, mirando a Noah.

–Yo iba a decir lo mismo– nos reímos y le dijimos a la empelada que las queríamos.

–Pueden ser personalizadas a su gusto, solo tienen que esperar entre media hora a una hora a que estén.– habló entregándonos las playeras–. Cuando tengan el diseño, van a aquella sección y se la dicen al joven que esté ahí.– explicó.

–¿Qué diseño le pondremos?– preguntó Noah.

Yo tenía una idea, la cuál sería secreta para él. Sonreí y caminamos hacia la sección que nos habían indicado, donde estaba un chico sentado con cara de quiero dormir hasta el dos mil ochenta.

–Hola, buenas tardes. Venimos a decirte el diseño de nuestras playeras.– hablé, llamando la atención del chico.

–¿Qué diseño van a querer?– preguntó.

Puntería Perfecta. [BORRADOR]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ