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Borracho.

La noche se mostraba tranquila en la gran ciudad de Los Santos, su servicio había terminado hace minutos y se encontraba a unos metros de la comisaría, su plan consistía en dejar a su querido Putin en el garaje policial, darse de baja y marcharse a su departamento. Estaba ansioso de llegar al complejo de departamentos, pues por fin podría terminar los capítulos que tenía pendiente de su anime, y pasar tiempo con su preciosa gatita; Volkat.

Aquí H50 informando de su 10/10, buen servicio. —pronunció estoico como de costumbre, pero un poco cansado por eo largo día laboral.

Tras desconectar la radio y dar de baja su turno procedio a tomar sus cosas para marcharse finalmente de allí.

El transcurso hacía su hogar fue relativamente corto, como de costumbre, la brisa chocaba contra su rostro y le relajaba. Al llegar a su piso lo primero que hizo fue recostarse sobre su sofá, quitando sus zapatos con su talón y desajustando la corbata de su camisa. Un maullido y el tintineo de un collar no tardo en resonar por toda la sala, su preciada mascota se acomodo como de costumbre en su regazo, exigiendo caricias que no tardaron en llegar. Esa reina se merecía todo su afecto.

Tras estar un buen rato dandole afecto al minino, darle de comer y ponerse su ropa más comoda, decidio que era momento de cenar y continuar su maratón de anime. En su televisión se reproducía un capítulo de Himouto Umaru-Chan, dibujo que había comenzado hace unos días pero no había tenido tiempo suficiente para continuar.

Se mantuvo alrededor de dos horas mirando la televisión, hasta que su vista comenzo a molestar y el sueño se apoderaba de su cuerpo, pauso con el control la escena y se restrego los ojos.

Joder Viktor, que son las dos de la mañana, ¡no puedes estar cansado tan rapido! —se enfado consigo mismo y apago el televisor, tomando en sus brazos a su gatita y abrazandola, obligándola a quedarse consigo.

Aunque Volkat siempre le abandonaba para dormir en el sofá y volvía en la madrugada para calentarle los pies.

Estaba dispuesto a dormir cuando su móvil comenzo a vibrar en la mesa de luz, arruinando su sueño. Lo tomó para investigar quién era la persona que le molestaba en ese horario. Un mensaje de un número no agendado se mostraba en su bandeja de entrada.

"olaaa comisario bombón"

¿Quién era esa persona y por qué escribía tan mal?, sobre todo, ¿por qué tenía su número?

Y en el otro lado de la ciudad, Horacio sentía deseos de asesinar a Gustabo. Obviamente no lo haría, porque Conway estaba con ellos y también era su hermano, pero más por miedo al viejo; quien no dudaría ni un segundo en fusilarlo si le hacía algo a su pareja.

Estúpido Gustabo y su novio jefe de la policía.

Deja de llorar alguien tenía que tomar la iniciativa de alguna forma, mariconetti. —murmuró Conway, con uno de sus cigarillos entre sus labios.

A él también lo mataría.

Gustabo se partía el culo con la situación y Conway le acompañaba, a veces odiaba cuando aquellos dos se complotaban para molestarlo. Ambos sabían de su atracción al comisario 'bombón', cómo solía decirle, y aprovecharon que el ruso le había dado su número; con razones únicamente laborales.

Estaba claro que no debería de molestarlo en ese horario, y muchos menos a Volkov, quien no estaba enterado de sus sentimientos y inocentemente acepto a darle su teléfono.

Coño que ha respondido —Gustabo, quien se encontraba entre la fina linea de caer borracho y continuar lo más bien, le restrego el teléfono. El brillo le molesto un poco, pues él también había estado bebiendo, pero no se preocupaba pues no tendría que volver luego a casa.

El de la cresta había tenido problemas con la cerradura, y hasta mañana no podrían solucionarlo. Así que no tuvo mejor idea que pasar la noche donde Gustabo, aunque no esperaba la imagen que le recibio al llegar.

Se encontró con Conway, el super intendente jefe del cuerpo policial, en bata y con una mascarilla en su rostro. No termino de asimilar la situación que el hombre ya le estaba amenazandole; "Dices algo a alguien y te mando a la federal."

Simplemente se aguanto la risa y se adentro en la casa, donde Gustabo estaba en la misma situacion y le ofreció una mascarilla también, que claramente acepto, y luego terminaron bebiendo hasta hacerse la madrugada; horario donde Conway le había arrebatado el teléfono al pelirrojo y se lo había otorgado a su pareja, quien reía mientras texteaba.

¿Q respondió? —pregunto Conway, interesado en lo que podría decir su comisario, y preparado para molestarlo.

"¿Quién eres y por qué tienes mi número?" —leyo en voz alta Horacio, un tanto decepcionado de que el comisario no recordará que le había brindado su teléfono y de cuando le dijo que le enviaría mensajes pronto. Aunque eso nunca paso, y tuvieron que llegar Conway con Gustabo a poner los huevos sobre la mesa.

Frunció el ceño y comenzo a textear, mensajes sin sentido, pues el alcohol en su sangre no le dejaba ver correctamente que letras estaba presionando.

"volkoffff eres mi otakursgorito
vokvomkn te kiero muchso me gustab tukju mcabezaasa
estas?
tmikmerotjm verte moyubnhy pronto"

Viktor por su parte se quedo extrañado por los mensajes más no dudo en responder, un simple "¿Horacio?, pues con esos textos había recordado que le había otorgado su teléfono al joven de la cresta. Sonrió al saber quien era el destinatario de esos mensajes.

"ci
tkiiiiero volkhoc"

Una risita se escapo de sus labios al leerlo y le contesto que 'debía dormir, que era tarde y no bebiera demasiado'. No se preocupo mucho, conocía al chico y sabía que solía beber con el novio de Conway y este, estaba en buenas manos.

Dejo su telefono en el lugar donde estaba y se digno a dormir, mañana tocaba entrar temprano y sospechaba que Conway estaría a primera hora, únicamente para burlarse de él.

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¡Oni-chan!Where stories live. Discover now