— Entra.- le dijo, simple, sin amenaza. Realmente parecía más cansado que otra cosa.

Tweek obedeció. Se giró dándole la espalda a sus padres adoptivos y aprovechó ese último instante para soltar todo el aire que había estado reteniendo en los últimos diez segundos. Finalmente se giró para encontrarse con dos de sus mayores miedos. Les dedicó una sonrisa incómoda y patética aunque ellos ni siquiera estaban mirándolo. Se sintió como un estúpido. Cayetano tenía la vista clavada en una de las ventanas y Damien estaba revisando su computadora de forma perezosa y despreocupada. Tweek también miró a una de las ventanas, fijando su mirada en en el cielo que comenzaba a cambiar de color y pequeños puntos blancos iban apareciendo de a poco de forma aleatoria.

— Tweek.- Gruñó Damien llamando su atención. Tweek se sobresaltó.

Cayetano se giró para mirarlos, paseando sus profundos ojos negros entre ambos demonios hasta que la gata negra se interpuso en su campo de visión haciéndolo sonreír ligeramente. Tweek notó como la mirada de Damien viajaba hasta enfocarse en el demonio de cabello azul, y se lo quedó mirando fijamente. Tweek estuvo a punto de sonreír con picardía y hacerles algún comentario imbécil hasta que la mirada enfurecida de Damien se enfocó de nuevo en él. Tweek dio un respingo.

— ¿Puedes explicarme por qué te estás tardando tanto con ese humano?.- Preguntó con molestia.

— Bueno, yo...- Balbuceó. ¿Era muy tarde para huir?

— ¿Qué fue lo que te pidió?- Cuestionó Cayetano, lo estaba mirando como si fuera pequeño, y hablando lento para asegurarse de que Tweek entendiera lo que le estaba diciendo.

Tweek comenzó a sentir una picazón en las sienes por el enojo; respiró profundo para calmarse. Apretó los dientes con fuerza al recordar lo que Craig le pidió. Esto se iba a poner feo.

— Él dijo... que quería conocerme.- murmuró.

Damien se dejó caer contra el respaldo de su silla mirándolo primero con sorpresa y después con incredulidad. Quizá había un ligero toque de decepción por ahí escondida también.

— ¿Estás mal de la cabeza o simplemente eres imbécil?.- Rugió Cayetano.

Tweek dio un paso hacia atrás por la sorpresa. Ni en sus pesadillas más horrendas había imaginado a Cayetano estando tan molesto con él, mucho menos insultando. Podía esperarlo de Damien y no le sorprendería en los más mínimo, pero Cayetano... Tragó saliva con dificultad.

— Debiste castigarlo por hacerte perder el tiempo. O simplemente darte la vuelta y regresar aquí.- Agregó Damien.

— Estaba emocionado.- Defendió. O por lo menos eso intentó.

— Cinco mil setecientos setenta años explicándote como funciona esto ¿para qué? ¿para que termines haciendo un trato sin sentido sólo porque estabas emocionado?- Escupió Damien.

— Bueno, ¿y qué? ¿Vas a encerrarme de nuevo en el puto agujero?- Respondió a la defensiva.

— Quizá es justo eso lo que te hace falta, bocón apestoso.- Amenazó Damien levantándose de su silla. Tweek hizo crecer sus cuernos y extendió las alas gruñendo. Los ojos de Damien brillaron en un rojo sangre destellante.

— ¡Basta!- Ordenó Cayetano.- Se están comportando como idiotas.- Atacó.

Tweek volvió a retraer sus cuernos y alas, se cruzó de brazos y levantó la barbilla esperando verse más amenazante de lo que realmente era. Damien se dejó caer en su silla con los ojos aún brillando.

— Ahora- dijo Cayetano presionandose el puente de la nariz.- ¿quieres explicarnos por qué te estás tartando tanto con algo tan simple como eso?

Alma Brillante ~Creek~Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz