[𝙩 𝙚 𝙧 𝙣 𝙪 𝙧 𝙞 𝙩 𝙚] ⊳՞•ﻌ•՞∘κιяιвακʋ-вακʋκιяι∘☁️◦

꒰ ☁️┊͙ OO2. ꒱

Ya llevaban unos cuantos días que Katsuki estaba empezando a recibir mensajes de su hermano diciendo que en su casa la situación iba empeorando cada vez más y más haciéndolo sentir culpable a él mismo.

Cuando la oportunidad de vivir en la U.A llegó Katsuki no dudo en aceptar la gloriosa propuesta. Poder escapar de las horribles peleas entre sus padres era lo que el rubio necesitaba. Pero… igualmente había algo dentro de él que empezaba a doler más y más, ese era el gran sentimiento de culpa hacia su hermano menor, Kanishi. Kanishi era un niño muy dulce y amigable, comparado con el mismo sol incluso. Este no dejaba de brillar ante todo el mundo compartiéndole un poco de alegría a las tristes vidas de sus seres queridos. Pero Kanishi no tenía la infancia que debería tener un niño de doce años. El pequeño rubio tenía las peleas entre sus padres, sus gritos y sus amenazas. ¿Por qué no habían héroes en esas situaciones?, ¿Por qué no habían héroes para un pequeño niño el cual era víctima de las múltiples discusiones entre sus padres?, ¿Acaso no había ni un mísero héroe que pudiera venir a socorrer al pequeño niño que sólo necesitaba que sus padres pudieran llevarse mejor? Pues obviamente no.

Katsuki no podía hacer nada más que consolar a su hermano y decirle que todo mejorará, algo que evidentemente era una vil mentira. Pero la ansiedad de Katsuki no lo ayudaba en nada, el sentimiento de culpa de dejar sólo a un pequeño y indefenso niño no lo dejaba en paz. Quería ayudarlo pero era simplemente imposible, no podía y mucho menos con su estado emocional y mental.

Tenía que ser un héroe. Tenía que proteger a su hermano.

Eijirou se encontraba acariciando los rubios cabellos del ojirubí mientras con una dulce sonrisa cantaba una tranquila canción de cuna. Sintió clavada como una flecha la brillante sonrisa del pelirrojo, como si de una fuerte dosis de morfina recorriera su cuerpo tranquilizándolo por completo. Cerró sus ojos nuevamente alejando el gran trozo de pastel de sus finos labios. Necesitaba concentrarse y volver a la realidad, Eijirou lo estaba viendo de esa manera tan humillante. No podía seguir así, tenía que volver a la realidad aunque el sabía muy bien que un mundo con Kirishima era mejor que cualquier realidad.

El silencio invadió nuevamente el ambiente y ahora ambos estaban callados. Eijirou acariciando las mejillas de Bakugou y Katsuki como un pequeño gato recibiendo las caricias del más pequeño con sus ojos entrecerrados claramente disfrutando los mimos que le entregaba el pelirrojo. De apoco la situación de volvía cada vez más tranquila, Katsuki por fin sentía un poco de paz en su interior, estaba feliz de estar con él, sabía muy bien que esta pequeña fantasía muy pronto tendría que terminar junto a la paz mutua.
Katsuki no podía ser así frente a Eijirou, su orgullo no lo dejaba.

De un momento a otro este abrió los ojos grandemente como una fiera empujando bruscamente al más pequeño del armario provocando que evidentemente este cayera fuera del gran closet. Los ojos del cenizo se volvieron a entrecerrar, ahora con una expresión de odio ante el pelirrojo. En cambio este lo mirada con preocupación y angustia, verlo en ese estado lo estaba matando, era su amigo y era su prioridad verlo feliz como solía ser antes.

Ninguno dijo nada, era muy obvio el mensaje. Eijirou solo se limitó a levantarse del frío piso mientras observaba como el más alto salía del armario. Podía ver ahora mejor su cara, esos ojos hinchados, esa nariz roja, esas ojeras abajo de sus párpados. Se podía ver lo destrozado que estaba este. Kirishima al verlo de esa manera le surgieron más ganas de ayudar a su mejor amigo. El de ojos carmesí salió del cuarto propiedad de Katsuki mientras imaginaba e ideaba un plan para poder sacarle aunque sea una pequeña sonrisa a su amigo de cabellos color ceniza.

El día transcurrió de una manera sorprendentemente normal para Katsuki, Kirishima se había ido pero aún así el de cabellera rubia seguía sintiendo ahí el aura de Eijirou, el ambiente de tranquilidad y felicidad estaba ahí, seguía tal y como estaba cuando el pelirrojo entró a la habitación para solo dejar paz en el interior de Bakugou. Se había pasado un buen rato recostado en su cama pensando en la dulce y encantadora sonrisa de su amigo. Esta hacia que las mejillas del rubio se mancharan de un color carmesí claro, algo cliché, claro que si. Pero en esos momentos Bakugou era un lío de emociones que ni el mismo podía comprender. Su interior se sentía algo extraño. Su cabeza estaba empezando a crear ideas locas sobre el y Kirishima, su cuerpo se sentía débil, no podía dormir por las noches y la gran culpabilidad no lo dejaba tranquilo.

𝐎𝐎𝟐 - 𝐋𝐮𝐧𝐞𝐬, 𝟑 𝐝𝐞 𝐚𝐠𝐨𝐬𝐭𝐨.

Bueno cabros el Luka por fin actualizó. El capítulo de hoy no me gustó mucho pero no los quería dejar sin capitulo así que solo me queda prometer que el próximo capitulo va hacer mas largo y va a tener mejor narración.

Cuídense y tomen awa.