「✦」Lujuria de Ángel.

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—¿Lo habías olvidado? —Una sonrisa divertida tomó los labios del demonio, que ladeó la cabeza como un cachorro confundido, a causa del extraño nerviosismo en la voz de Aziraphale. —Habráse visto...

El ángel se ocultó al sentir una leve contracción en su interior y se obligó a respirar, notando sus mejillas encendidas. Ahora debía de aparentar normalidad. Una normalidad de quedaba bastante lejos en aquellos momentos.

—La cena... Es cierto, íbamos a ir a cenar.— Aziraphale soltó los libros en los estantes, e intentó salir erguido en su postura habitual.— Quizás debería cambiarme...

—Claro, al Ritz. —Crowley asintió y metió las manos en sus bolsillos, tomando asiento en uno de aquellos sofás en la pequeña tienda, y cruzó las piernas de manera paciente. —No sé, yo te veo perfecto. Es decir, vistes elegante como siempre. Aunque con ese estúpido tartán.


El pelirrojo rió con su garganta, tratando de relajar un poco al rubio con sus bromas y le contempló observando que su ropa parecía estar bien, además de limpia. Le parecía una tontería perder minutos de tiempo, y mira que los tenían, sin necesidad. Sin embargo, era evidente que con "cambiarse" el ángel se refería a otros planes, que prefería que no se revelaran.

Aziraphale rio de manera nerviosa y asintió con la cabeza al oirle. Tenía razón. Estaba bien vestido, incluso se había limpiado con aquel pequeño milagro minutos atrás.

Carraspeó quedándose frente a él. No podía decirle la verdad, tan solo quedaba, tener que salir de allí de aquella manera.

—El tartán no es estúpido, es elegante. —siempre pensaría de aquella manera. Aunque el demonio, seguramente ya lo hacia por ver su cara molesta.— Perdona, solo estoy nervioso... ¿Nos vamos entonces? —una sonrisa tímida asomó en su rostro, acompañado del leve rubor en sus mejillas.

—Marca el camino, ángel. —Una sonrisa tomó también los labios de Crowley, contagiada y se puso en pie, caminando hacia la salida con calma y sosteniendo la puerta de aquel local abierta con su pierna. —Puedo llevarte si quieres.


El pelirrojo le miró pasar con amabilidad y le siguió, caminando a su lado hasta la zona en la que el amor de su vida estaba aparcado.Algo no andaba demasiado bien, o eso parecía. El aspecto normalmente apacible del rubio, hoy parecía teñido de nerviosismo ¿tal vez estaba incómodo por su culpa? Crowley comenzó a sentirse nervioso igualmente y tragó saliva.

—¿Conducirás con moderación? —susurró con una leve risa final, sabiendo cuánto le gustaba ir a más velocidad de la permitida en el centro de Londres.—Podremos llegar antes y disfrutar de la comida si vamos en coche. —Y sobretodo, no notaría con tanta intensidad aquel objeto en su interior.

—Está bien. —El pelirrojo alargó aquellas con un suspiro y echó la cabeza hacia atrás.

Cuando llegaron al Bentley, Aziraphale esperó para abrir la puerta del asiento del copiloto y sentarse con cuidado, aunque no pudo evitar gemir por lo bajo al sentir una ligera presión. Notaba su rostro caliente, y pensar que Crowley le descubriese, no hacia más que empeorar su nerviosismo. Había incluso evitado agarrarse al brazo del demonio, con tal de que no notase aquel ligero temblor, que le estaba haciendo estremecerse por completo. La sola idea de pensar que estaba disfrutando de aquella exposición, hacia avergonzarse al ángel.

Crowley por su lado arrancó el Bentley y alzó una ceja por un momento, pues le había parecido oir la voz del ángel. Observó su rostro enrojecido y con una expresión de posible malestar y eso le preocupó, por lo que posó su mano en el hombro de Aziraphale con cuidado.

ღ Ineffable husbands - ONESHOTS ღWhere stories live. Discover now