Capítulo 1 - ¿¡porqué no me hablas!?

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Volvía del instituto sin desengancharme los auriculares de las orejas. Como de costumbre andaba despacio observando con curiosidad todo aquello que se encontrara en mi campo visual. La música acompasaba mis pasos. Ese no había sido uno de mis mejores días, Su aún seguía enferma, y aunque tubiera a las demás... Definitivamente no era lo mismo. Entré a mi bloque y mi móvil sonó. Su me había enviado un mensaje. "Enviame los apuntes cuando puedas" ponía el mensaje. Empecé a subir las escaleras mientras contestaba a su mensaje. De pronto mis ojos se encontraron una caja delante de mis narices. Un chico sujetaba esa caja. Era la primera vez que lo veía y debo admitir que era bastante guapo.

Su pelo era corto, negro y algo rizado. La manera en que estaba peinado le daba un aspecto alborotado y despeinado que le sentaba muy bien.

Sus ojos eran redondeados y muy grandes. Si no hubiera sido por la potente luz que entraba através de la puerta hubiera dicho que eran negros, sin embargo eran de un color marrón muy intenso.

En cuanto a cuerpo era bastante más alto que yo. También parecía bastante atlético.

Además tampoco pude evitar fijarme en su nariz que era pequeña y respingona. Al contrario que la mia que era recta y algo aguileña por culpa de un pequeño bulto que brotaba de ella en la parte superior.

Debo admitir que siempre he tenido afán por las narices respingonas. Imagino que porque la mia no lo es

Basicamente era el típico chico perfecto que saldría en la típica historia de amor perfecta.

-¡Ohh! Perdona andaba despistada.- dije disculpandome con una sonrisa. El me miró sonriente y se apartó para que yo pudiéra pasar.

-Gracias, ¿Te vienes a vivir aquí?- Hice esa típica y estúpida pregunta que se hace para salvar los momentos incómodos. El me sonrió de nuevo y asintió. Por alguna razón no respondía con palabras. Me pareció extraño ya que parecía simpático.

-Bueno, me alegro de conocerte entonces.- Le dije mientras subía. El se despidió de mí con una gran sonrisa.

Nada mas llegué a mi casa comí y llamé a Su para darle los apuntes.

-¡Hola Su!- Dije emocionada. Supongo que el encuentro con mí nuevo vecino me había alegrado el día. El probablemente había sido la única persona simpática con la que había tratado en todo el día

-... Hoolaa..- Tan solo oir la primera sílaba de ese "hola" me hizo ver que iba a estar unos días más sin mi querida Su.

-Bueno... Te digo lo que hemos hecho hoy en clase ¿no?-Le dije a Su todo lo que habíamos apuntado hoy. La pobre se lo apuntó todo aún y estar tan enferma. Supongo que es lo que debes auguantar si eres una "niña buena". Yo también lo sufro. Alfinal no le conté nada sobre el vecino misterioso. Supuse que en su estado solo la molestaría.

Me estiré sobre la cama y me puse a pensar en ese chico. "¿¡Porqué no me hablas!?" pensé. En cualquier caso sabía que volvería a verlo y que probablemente conseguiría que me hablara. Sin darme cuenta me quedé dormida. La verdad es que esa fue una de mis mejores siestas de toda mi vida. Desgraciadamente por la noche ya no pude dormir.

El vecino de abajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora