Capítulo 6- Correr para salvar la vida.

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Permanecí con la mirada hacia abajo, esperando de alguna manera que Carlos no me hubiera visto.

Imposible.

Él ya se había fijado en mi, y yo aún podía notar su mirada.

Mis nervios empezaban a ser incontrolables.

La palabra mie*#@ empezó a sonar succesivamente en mi cabeza.

De pronto la salvación llegó a mi. La puerta del balcón se abrió, unas manos me agarraron de la cintura y antes de poder reaccionar fui arrastrada dentro de mi cuarto a la velocidad de la luz. Casi muero del susto. Era Susana.

-Dime quien es ese chico de ahí, y por que te esta mirando de esa manera, YA- dijo ella fulminandome con esos ojos verdes, abiertos al máximo. Definitivamente Susana estaba recuperada.

-Primero... ¿De dónde sales?- Reí fuertemente.

-Tu madre me ha abierto después de llamar a la puerta como 11.200 veces.- Dijo con una mirada de rencor.

-debe estar durmiendo... Me sorprende que se haya molestado en levantarse para abrirte...- Admití dudando. Rapidamente Su me cortó de nuevo.

-No des rodeos, ¡dime ya quien es ese bombón!- Susana es muy impaciente a veces...

-Sí, sí,... Se llama Carlos, se acaba de mudar. Su madre y mi madre eran amigas antes o algo así, creo...- Presioné la uña de mi dedo pulgar contra mi labio inferior. Creo que es algo así como mi gesto de pensar.

-Pues tía, que suerte tienes de que tu madre tenga amigas con hijos como esos.- me levantó una ceja y me hizo una media sonrisa.- ¿Te gusta?- Al oir eso mis ojos se abrieron como platos y mi cara empezó a arder.

-Ehhmm... Yo... ¡No lo sé!-Me tapé la cara con un cojín.

En ningún momento me había parado a pensar en ello. ¿Cómo no me había dado cuenta antes? La respuesta era clara, Carlos me gustaba.

Sin embargo no podía comprender que eso pudiera suceder sin que yo apenas lo conociera.

Probablemente no era como yo imaginaba, había muchas cosas que no sabía de él...

En definitiva, la pregunta que me hizo Susana fue como estamparme contra un muro llamado realidad.

-Definitivamente, no hay vuelta atrás. Te gusta.- Concluyó Susana.

-¡Cállate!- Le tiré el cojín. Éste impacto en su cara, sin embargo Su tuvo suficientes reflejos como para atraparlo antes de que cayera al suelo.

-Hey gatita, no hace falta que seas tan fiera ¿sabes?- Dijo ella en un puesto de hombre seductor. Al oir eso no pude contener las risas.

Esa manera tan cómica y teatral que tenía Susana de hacer chistes me encantaba.

Mientras yo permanecía en el suelo, con el estómago dolorido, Susana miraba por el cristal de la puerta del balcón.

-Oye, tu enamorado ya no está allí abajo- señaló con el dedo índice hacia fuera.- Quizás si no te hubiera metido dentro de tu habitación seguiría allí, estaba muy concentrado mirandote.- Concluyó levantando una ceja.

Esas palabras me hicieron recordar ese horrible momento en el que Carlos me pilló mirandolo.

-Cállate,-mi cara ya ardía- me miraba porque me pilló mientras lo miraba yo a él.- Me crucé de brazos e hice un puchero.

Susana intentó contener las risas ante el panorama. Yo la fulminé con la mirada esta vez con cara de niño enrabiado. El rol infantil es algo que creo que domino a la perfección.

Evidentemente Susana acabó estallando en una gran carcajada que casi logra quitarme la cara de enfado.

-¿A caso crees que hay algún problema porque te haya visto cuando tú lo mirabas?- Las carcajadas volvieron a salir de la boca de Su.

-Bueno... Tu reacción fue muy similar a la mia cuando Pablo...- Las manos de Susana llegarón a mi boca a una velocidad insospechada.

-¡Cállate, eso no tiene nada que ver, lo mio fue mucho peor!-La cara de Su estaba mas roja que el traje de papá noel.

-¡Pero no sabes si se dió cuenta!- Repliqué a duras penas.

-Nooo... ¿Y entonces? ¿Porque me evita?- El sarcásmo resaltaba en la frase.

-Ohh, vamos Susana,...- Por fin me arranqué las manos de Su de encima.- Sólo fue una-Su me cortó de inmediato.

-No lo digas.- Ahora su mirada era la de una psicópata. Era evidente que no queria recordar ese suceso, pero hacer sufrir a una amiga a veces resulta bastante divertido.

-Sólo fue una F-O-T-O.-Dije con una mirada perversa. Lo que me estaba a punto de pasar realmente merecia la pena. Aún y así debo decir que tube que correr para salvar la vida.

El vecino de abajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora