ch. 019

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CHAPTER NINETEEN

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CHAPTER NINETEEN








Rhaegar jamás la dejó sola, toda la noche, velo por su hermana mientras sostenía su mano con fuerza. Ni siquiera consiguió dormir, tenía pavor de que algo fuera a ocurrir en el segundo en el que pestañeara.

Cuando la mañana arribó sobre ellos, trajeron tés que aliviaría el malestar estomacal de la joven, y cuando ella los aceptó a regañadientes, tras haber sido obligada por Rhaegar, se despojó de su camisón y se vistió con uno rojizo, con retoques dorados, suelto, liviano. Era perfecto para el estado en el que se hallaba.

Rhaegar la observó, aún reacio a dejarla irse hacia los aposentos de su padre para hablar sobre el matrimonio de ellos.

─¿Estás completamente segura de que no deseas que te acompañe? Ambos podríamos conseguir convencerlo, haēdar.

Vaella negó, acercándose a él.

─Tienes otros asuntos que atender, mi príncipe ─musitó ella─. Los Señores de cada casa están esperando por tu presencia en las justas de hoy, yo me haré cargo de padre, tú del resto.

─Solo debes pedírmelo, haēdar, y me quedaré contigo.

Rhaegar sintió las manos tibias de su hermana para luego sentir sus labios chocar contra su mejilla.

─Ambos tenemos que afrontar nuestras responsabilidades ─dijo ella─. Madre cree que padre creerá mis intenciones, por ahora, nos mantengamos con eso en mente y deséame suerte.

Rhaegar suspiró, besó la frente de la princesa y cuando se separó, sus frentes chocaron.

─Sé cuidadosa y no caigas en su juego.

─Es padre de quién hablas, Rhaegar.

─Justamente.

Vaella acabó por asentir, ambos dejaron los aposentos de la joven y ella divisó a sus dos espadas, observándola con una severa expresión de evidente preocupación. Ella frunció el ceño.

─¿Se encuentran bien o por qué motivos están viéndome así?

─Puede que sea porque casi nos matas de un susto ─musitó Daemon, Vaella soltó un suspiro, riendo.

─No era nada de gravedad, solo malestar.

Daemon rodó sus ojos.

Jason habló antes de que el bocota de su compañero pudiera hacerlo.

─Nos alegra que esté mejor, princesa.

─Gracias, Sir Jason. Debo ir junto a mi padre. Daemon, quédate aquí.

─Claro ─musitó.

─Debo irme ya, te veré luego, haēdar.

Vaella asintió con su cabeza, viéndolo partir y ella giró hacia la dirección opuesta para poder dirigirse hacia los aposentos de su padre.

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