61.

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Luego de unos minutos, cuando sus ojos empezaban a cerrarse, sintió que justin se paraba lentamente de la cama y la acomodaba, ella abrió los ojos y frunció el ceño. — — ¿Vas a salir? —Le preguntó mirándolo. 

Él se encogió de hombros. —Iré a hablar con bárbara.

Savannah asintió y no pudo ocultar el resentimiento que emanaba de su boca al mencionar el nombre de su madre. Pobrecito. 

Justin bajó las escaleras lentamente. No podía creer lo que había visto, no podía creer que su madre se estuviera acostando con el mejor amigo de su padre. Mario era prácticamente de la familia, estaba todo el tiempo con su padre, se iban de parranda juntos, incluso él dormía en casa. ¿Desde cuándo él había dejado de ver a bárbara como la esposa de su mejor amigo? No lo entendía. No podía hacerlo. Dolía demasiado. Mario era como un tío para él. Lo veía desde pequeño. — Justin —dijo su madre lentamente.

Él se quedó parado en la puerta, observándola. Ella estaba sentada en la isla de la cocina. La vio alzar las cejas y mirar al techo, tratando de contener las lágrimas, lágrimas que él no creía que eran sinceras. 

—No sé por dónde empezar —dijo ella, mirándolo. —Esto… Esto… Las cosas dejan de ser, Justin. Yo amé a tu padre, lo sabes. Lo extraño muchísimo, cada día de mi vida pienso en él, sé que no va a tener un reemplazo nunca. Marlon era un ser maravilloso, era atento, el mejor padre de todos… Y aunque no estábamos de acuerdo en todo, porque nunca soporté que le gustara hacer tatuajes, era un excelente esposo… Pero quiero que entiendas que “era”, Marlon fue un excelente esposo —dijo, con lágrimas en los ojos. —Él ya no está, hijo. Y no sabes lo que daría porque estuviera vivo, pero no puedo. 

Justin sintió que su garganta se apretaba, miró hacia otro lado y se cruzó de brazos.

— No pongas esa cara —dijo bárbara, secándose las lágrimas. —Sabes que todo lo que te digo es cierto. Yo no quería que él muriera, éste ha sido el año más difícil para mí, estuve muchos años a su lado, Justin. Yo sé lo que es sentir ese dolor en el pecho que no te deja hablar, que no te deja respirar; Yo sé lo que es pasar una noche completa llorando; Yo sé lo que es querer volver el tiempo atrás, si hubiera sabido que iba a morir tan pronto, nunca me hubiera enojado porque él hiciera tatuajes, es más, hubiera dejado que me tatuara el cuerpo completo si eso lo hacía feliz. ¿Entiendes? 

—Estábamos separados pero no pasó un día en que no me llamara antes de dormir para preguntarme si todo estaba bien, y para decirme que asegura la puerta y que conecte la alarma. —Ella sonrió—. Cuando murió no supe qué hacer, me sentí devastada, no quería salir de casa y tú ni querías venir aquí, estuve sola. Luego de unos meses, Mario empezó a visitarme, nos volvimos amigos, porque si te soy sincera nunca había cruzado más que un par de palabras con él, aunque estaba metido aquí siempre estaba con tu padre, no conmigo. 

Bárbara negó tristemente. —Las cosas se dieron.

—No puedes venir con esa mierda ahora —dijo justin, achicando los ojos.

—Él no será tu padre, ni siquiera tengo intenciones de casarme de nuevo, ya tuve un esposo, no quiero tener otro. Solo estamos saliendo. 

— ¿Lo amas? —Preguntó justin.

—Creo que el amor es algo intenso, y no he sentido esa gran emoción con nadie después de tu padre. Cuando envejeces el amor lo ves desde otra perspectiva. 

—Él no tenía que ocupar la habitación de mi papá.

Bárbara se paró del asiento y caminó hasta él. —Mario ocupa una habitación, pero tu papá ocupa esto —dijo ella, tocando su pecho, y también ocupa esto —dijo poniendo una mano encima del pecho de justin. —No se moverá de ahí. Nunca. 

Justin se alejó de ella. —No quiero estar aquí.

—No seas tan egoísta, tú tienes a una chica. ¿Y yo que tengo? —Preguntó ella, alzando el tono de voz. — ¡¿Qué tengo yo?! —Gritó—.

—A mí no se me murió mi pareja. ¿Bien? a mí no se me murió lo que supuestamente más amaba, yo no me acosté con ningún mejor amigo, no lo hice, por eso no te entiendo.

—Estás siendo irracional.

Él se encogió de hombros. —Cada quien sufre a su manera, mamá. Cada quien canaliza el dolor de forma diferente, si quieres acostarte con Mario, hazlo, eres libre. Pero no me obligues a verlo, no me obligues a que lo entienda porque no puedo, lo siento. 

— ¡Justin! —gritó bárbara, al ver que se alejaba. —Tienes que aceptarlo.

— ¡No! gritó él en respuesta. — No tengo que aceparlo y lo sabes.

Savannah vio cómo la puerta se estrellaba, pensaba preguntarle si le había ido bien conversando con su madre, pero era obvio que no. caminó directamente hacia ella, que estaba parada delante de la pared y la pegó con tal brusquedad hacia atrás que pensó que su espada se iba a romper. ¿Qué le pasaba? 

Él la besó fuerte, ella trató de despegársele pero él la apretó con fuerza y acarició de forma brusca su cuerpo, terminando con un apretón de nalgas. — Justin… —empezó a decir, tratando de zafarse de su agarre, pero él la no la escuchaba.

Stronger.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora