15.

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— ¡Sí! Exclamó entusiasmada. — ¿Lo conoces?
—Por supuesto que conozco a ese hijo de puta. 
Savannah casi gritó al escuchar el adjetivo calificativo que le había agregado. — ¿Hablas en serio? Preguntó intrigada.
Paco negó. —No, era una broma, no lo conozco…. Pero si fuera un mal tipo lo hubiera sabido, los tengo fichados. Pero no te confíes nena, al final del día es un hombre y piensa con su pene.
— ¡No soy una niña! Exclamó con las mejillas ruborizadas.
— ¡Si lo eres! Exclamó paco dejando el sándwich de lado. Bien, eso solo significaba que le daría un sermón. —Bebé, eres caliente, lo sabes… Los chicos quieren meterse en tus bragas… es por eso que te digo que tengas cuidado, no quiero verte llorando por un idiota que jugó con tus sentimientos. ¿Bien? Eres como esa hermanita que nunca tuve, así que abre bien los ojos… Y por supuesto me tendrás que presentar al chico, sé que Patrick y Franco lo único que harían sería darle condones para que no te deje embarazada pero yo no soy así… Necesito dejarle al tipo las cosas bien claras. 
Savannah sonrió. —No te enojes, le dijo golpeando su brazo. —Te adoro y sí, te lo presentaré, lo prometo. 
Paco le dio un beso en la frente. —Ve a la cama a dormir ¿Si? Mañana te llevaré temprano a casa. —Buenas noches, corazón.
—Buenas noches, repitió Savannah metiéndose debajo de las sabanas. 
Al otro día no podía estar tranquila, había obligado a Carla a que le planchara el pelo y había estado buscando qué ropa ponerse desde la tarde. —Entonces… estás así por una cita.. Empezó a decir Andrea, tirándose en la cama… —Solo una cita.. ¿No?
Savannah asintió mientras rebuscaba en el closet. — ¿Sin sexo? Preguntó Carla observándola de forma rara.
—Es solo una cita, respondió exasperada. Una cita…
— ¿y nosotras conocemos a ese tipo? Preguntó Carla cruzándose de brazos.
Savannah pensó en decir la verdad, a que lo habían visto en la carrera de motos, pero no quería involucrarlo, al menos no aún, podría ser algo no duradero o solo podría acabar en un buen revolcón y jamás volver a verlo, suspiró con cansancio. —No, no lo conocen.
Había escogido un abrigo de los simpsoms y unos leggins, acompañado con unas botas planas. Luego de haberse vestido y arreglado vio a los chicos entrar en la habitación. — ¿A dónde vas? Le preguntó Patrick cruzándose de brazos. 
Ella resopló. —Volveré a repetirlo… Iré a una cita… con un chico.
—Bien, te daré algo, dijo sacando un par de condones de su bolsillo.
Carla le golpeó la mano, haciendo que cayeran al piso. — ¡Joder! No puedes hacer eso.
—Oh, Dios, dijo Savannah por lo bajo. Justo como dijo Paco que actuaría Patrick, le estaba dando condones. ¿La situación podía ser más incómoda?
De igual forma no entendía por qué Carla estaba tan enojada. — ¿Qué diablos te pasa? ¿Qué hice mal? Si tendrá relaciones sexuales entonces que se cuide… Dijo Patrick bruscamente.
Carla lo ignoró. — ¿Estás enamorada de ese tipo? ¿Cómo sabes que no es malo?
—Oh, espera… empezó a decir…. — ¿Qué está pasando? ¿Por qué todos ustedes me miran de esa forma? 
Carla rodó los ojos pero su mirada se suavizó. —No quiero que te pase de nuevo.
— ¿De nuevo qué? Preguntó sintiendo que su respiración se atascaba.
—Lo que te pasó, sabes de lo que hablo… No quiero que te hagan daño… No quiero que alguien se aproveche de ti… como lo hizo…
— ¡Stop! Gritó con el corazón acelerado. —No digas eso, le dijo mirándola con rabia. —No lo repitas ¡Maldita sea!
—Lo sabemos, dijeron todos al unísono. Ella miró a Carla furiosamente. — ¿Tú les dijiste? Le gritó enojada. —Me prometiste que no le dirás a nadie.
—Tú me contaste… empezó a decir Carla a modo de disculpa.
—No… respondió Savannah con lágrimas en los ojos. —Yo no te lo conté… Tú empezaste a hacer preguntas y tuve que decirte…Pero no todos tenían por qué saberlo. Ni siquiera Paco lo sabe, ni nadie… Solo eras tú. Dijo tristemente.
—Lo siento, pero tenía que decirles… Todos preguntaban por qué estabas aquí y tuve que decirles la verdad. 
Rompió a llorar. No quería que la miraran así, que la juzgaran por su pasado, no quería que nadie la tratara diferente, no quería sentirse sucia de nuevo o que la miraran compadeciéndola. Oh, pobre niña… Oh, qué triste… Oh, qué mal. Odiaba ese tipo de cosas porque la hacían sentir más miserable de lo que ya era. 
Sintió muchos pares de brazos envolviéndola. —Lo sentimos muchísimo, empezó a decir Patrick, —Lo siento tanto nena… solo no queremos que nadie más te haga lo que te hicieron ¿Bien? 
—Vamos dame una sonrisa… Estamos aquí, él no podrá encontrarte. Lo prometo, le dijo Franco alzándole le rostro. 
Ella limpió las lágrimas de su rostro más no dijo nada. —Nosotros te queremos muchísimo, eres como nuestra pequeña cosa por proteger ¿Bien? Le dijo Patrick.
Eso la hizo sonreír un poco. —Ahora, tienes a un chico esperando por ti… en una cita… dijo Carla. —Solo ten cuidado ¿Si? 
Ella asintió y sonrió cuando se vio frente a Tradition, miró su reloj, eran más de la 7. Solo esperaba que justin no se hubiera ido. Miró por última vez a los chicos, ellos se despedían de ella desde el interior del vehículo ondeando sus manos efusivamente. Sonrió y les tiró un beso.
No importaba cuanto se enojada con ellos, al final del día ellos eran su única familia. 
Corrió hacia dentro del bar y se inclinó algunas veces para ver por encima de las personas, tratando de encontrar a Justin pero no lo vio por ningún lado. Finalmente caminó hacia la barra y pidió un Martini. Si Justin la dejaba plantada se iba a ir muy triste a casa. Suspiró con tristeza. Y miró el color plateado de la barra concentrando su mirada en un punto fijo.
De repente sintió que alguien le trataba de quitar la bebida. — ¡Oye! Exclamó mirando hacia arriba y sonrió como tonta al toparse con los ojos de Justin.
— ¿Tienes mucho tiempo aquí? Preguntó él.
Ella negó y se paró del asiento. —Solo unos cuantos minutos, dijo viendo como él la miraba de arriba abajo, pero esta vez no estaba esa lujuria en exceso que había visto esa noche que casi habían follado. Eso hizo que su corazón cayera al suelo. No se había puesto nada provocativo porque no quería que él solo pensara en ella como un buen pedazo de carne o una puta, quería que la viera vestida normal así no se sentiría que llevaba un cartel en la frente diciendo Sexo Gratis. 
Tal vez y él solo quería eso de ella y se había decepcionado al verla muy vestida. 

CONTINUARÁ...

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