— ¿Qué quieres hacer esta tarde? — pregunta apoyado en la taquilla contigua a la mía.
— He quedado con Alex. Me va a presentar al chico con el que lleva saliendo un par de meses.
— ¿Me vas a dejar solo?
— Lo dices como si fueras un cachorro abandonado sin familia — le reprocho riendo.
— Tú eres mi familia, mi mundo.
— Deja de ser tan cursi y queda con tus amigos que hace tiempo que no lo haces.
— Pero si les veo todos los días... — se queja.
— Cenamos juntos, lo prometo — le doy un beso, esta vez más largo que el primero.
— Cómo rechazar una oferta tan buena.
— No se puede.
— Ya lo creo que no. Bueno, pues iré con los chicos a la piscina — me informa mi chico.
— Y yo a la habitación de Alex.
— Sino no le gustaran los chicos me pondría celoso — suelto una pequeña risa.
— ¿Te pones celoso cuando estoy con tu hermana? — me mira extrañado.
— ¿Por qué?
— Porque le gustan las chicas... — digo de forma obvia.
— No, pero...
— Es lo mismo.
— No se puede discutir contigo siempre tienes una buena frase que acalla todas las mías.
— No estamos discutiendo. Y además, es algo obvio.
— Puede. pero aunque no estemos discutiendo ahora, cuando lo hacemos también pasa esto — me río.
— Nos vemos a las nueve — nos despedimos con un beso y cada uno se va hacía su coche.
Es sumamente raro caminar como si nada por los pasillos del internado "Miralba", no sé cómo lo hace Alex cuando viene a verme. Me siento muy cohibida y observada. Me he cruzada ya con un par de chicos del equipo de baloncesto con los que nos enfrentamos hace unas semanas, y me han repasado con la mirada. Es muy incómodo.
¡POR FIN!
Estoy frente a la puerta de Alexander. Toco con mi mano dos veces la puerta, y tras recibir un comentario para que pasara abro la puerta.
— ¡Hola guapa! — me saluda mi amigo con un abrazo.
— ¡Hola guapo! — le devuelvo el saludo. Reímos todavía abrazados.
— Tengo que presentarte a alguien — dice Alex un tanto nervioso. Sé que este chico le importa mucho y quiere que me caiga bien. Pero lo que no sabe es que sea quién sea me va a encantar porque le hace feliz, y eso es lo importante.
— A eso he venido — los dos volvemos a reír, y esta vez se oye una tercera risa. Su chico está aquí. Hora de presentaciones.
— Nora, este es Bruno Dorti. Mi novio. Bru, ella es Nora Smith. Mi mejor amiga — en cuento veo a Bruno mis ojos se abren como platos, al igual que los del chico que tengo delante.
— ¿Bruno Dorti, eres tú? — le pregunto asombrada y maravillada de verle allí.
— ¿Nora Smith? Estoy soñando — los dos reímos y nos abrazamos.
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Eras tú ✔️#Tú 1
RomanceDicen que los dos últimos años de institutos son muy intensos, que tu vida da un giro de 180º, pero nunca imaginé que fuera a ocurrir así. O que terminaría de manera tan..., bueno, eso ya lo descubriréis. Entrar al internado Sourthvil era el sueño...
Capítulo 38. Todavía Sé Quitarme La Ropa
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