— Vamos cariño, ¿qué sucede? —  como siempre mi madre haciendo caso omiso a mis súplicas para estar sola. Estoy tumbada en la cama, tapada hasta arriba con la manta de lana que me regaló mi abuela hace ya un tiempo. Noto que alguien se ha sentado en la cama porque el colchón se hunde un poco más por su peso.

Me giro hacia el lado donde mi madre me está mirando. Odio verla así de preocupada por mí, no se merece este sufrimiento, por eso intento que no me vea así, le duele mucho. Cuando ve mis ojos rojos por haber estado llorando toda la noche empieza a acariciar de forma lento mi cabello, como cuando era una niña y se metían conmigo en clase. — Todo va a estar bien. — me dice quitando una lágrima rebelde que bajaba por mi mejilla.

Me incorporo en la cama y logro sentarme, me quedo mirando a mi madre y vuelvo a llorar como una magdalena. Me aferro a ella y me a una abrazo fuerte como sola una madre puede dar.

— ¡Soy una tonta, mamá! —exclamo como puedo entre tanta lágrima.

— No digas eso, cariño. Eres la chica más lista que hay.

—Si lo fuera no me habría hecho tanto daño... — con esta última frase mi madre entendió todo y su semblante cambió a otro más apenado.

— Que te rompan el corazón no es malo, Nora, lo malo sería que no lo hicieran porque eso significaría que no eres capaz de amar. Es normal que tus primeras relaciones sean fallidas, pero no te cierres en banda, ya llegará alguien que te quiera por como eres y no se vaya. — ¿Cómo consiguen las madres sacarte una sonrisa en situaciones tan malas?

— ¡Gracias, mamá! — besé su mejilla y volví a abrazarla fuerte.

— ¿Has hecho ya la matrícula para la universidad? — la miré aturdida, ¿a qué venía eso ahora?—  Es para que te distraigas, venga vamos a hacerla.

— Sabes que no me quedaré en Nueva York, ¿verdad?

—  Lo sabía desde el momento que vi todas las universidades que te habían aceptado. No me ha hecho falta saber de tu mal de amores. —dice a modo de broma, aunque no consiguió que me riera, me limité a esbozar una leve y triste sonrisa.

— ¿Cómo? Ni yo lo sabía.

— Sí lo sabias, pero no lo querías reconocer, esto ha sido tu empujón final —cuanta razón tiene.

(...)

Quería creer que estaba dentro de una pesadilla, pero cuando pasaron los días y vi que no despertaba, me di cuenta que nunca lo haría, que sin comerlo ni beberlo había sido el juguete de unos cuantos chicos sin sentimientos, ni corazón. Y no solo su juguete, sino su puto trofeo. Nunca me he sentido tan utilizada, ni tan traicionada. Creí que él me quería y que nada malo podría hacerme, pero lo hizo...

Con él entendí que cuando encuentras a la persona correcta, dar un beso es la cosa más fácil e importante que hay en el mundo. Que da igual cuantas cosas te digan que nadie os puede separar. Y que por más secretos que tengáis, el más importante es el de cuanto os queréis.

Pero también he aprendido que no todo es paz y tranquilidad, al contrario, eso es de lo que menos hay... Me ha fallado, me ha mentido, ha jugado conmigo, y me ha destruido. Ha destruido cada parte de mi corazón, lo ha golpeado como un martillo a un clavo, y me ha partido en mil pedazos, como el hielo se derrite en verano. Ha envenenado mi corazón con falsas ilusiones y luego me ha estampado contra la pared de las verdades. Me ha tratado como un objeto, como si fuera un simple trofeo que poner en su habitación, una medalla más para colgar en su pared. Siempre me dije que no caería de nuevo en los brazos de un chico que me tratara mal, o que me utilizara, y lo he hecho... Primero Jake, y luego Nick. No sé cual me duele más. Estaba claro que Jake no iba a cambiar, pero del que nunca me lo habría esperado era de Nick. Se acercó a mí solo por eso y ahora... No puedo.

No puedo evitar pensar en él, mi príncipe. Le recuerdo en cada cosa que hago. Me acuerdo de él hasta al comer, como aquel día que compró comida italiana e intentó hacerme creer que la había hecho él mismo.

Me enseñó muchas cosas. Me enseñó a soltarme, a ser yo misma sin que me importase lo que pudieran pensar, también cambió la forma que tenía de ver las cosas, me hizo mirar el lado bueno de las cosas, aunque ahora...ahora no veo nada bueno, ni a nadie. No consigo ver cómo voy a superar todo esto sin derramar más lágrimas, y no soy capaz de olvidarme de todo lo que viví con él. Por eso sé que por más que le quiera, y por más que le desee, no puedo seguir con él, con nadie que esté ahora mismo en mi vida. Me han fallado, y sobre todo me ha fallado él. Ni siquiera creo poder hablar con Paris. No en estas circunstancias. Puede que dentro de un par de meses la herida haya cicatrizado un poco y pueda volver a verla, pero ahora, cada vez que la miro o hablo con ella y escucho su voz, me recuerda a Nick... y no soy capaz de afrontar ese sentimiento. Sé que ella me va a entender y me va a comprender. Es mi mejor amiga, la única que he tenido, aguantará sin mí, tiene a Summer y a mi prima Dana. Todos sobrevivirán sin mí. A lo mejor la que no sobrevive sin ellos soy yo, pero tengo que hacerlo. Porque si me quedo...si me quedo me estaré destruyendo, me mataría lentamente el verle y no poder hablarle o no poder acercarme y besarle. No poder si quiera abrazarle me mata. Si me quedara me estaría traicionando a mí misma. Así que me iré y sanaré cada una de mis heridas. Pero no puedo evitar sentir como mi corazón se rompe cada vez más al sentir como la persona a la que más he querido y a la que más le he dado, me ha fallado y traicionado de esta manera.

Adiós, Nueva York...

Hola, Los Ángeles.

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¡HOLA AMORES🦋!

¿Vosotrxs también estáis llorando?

No sabéis lo triste que me pone que terminen así, y bueno que termine la novela también dejando a un lado el dramático final🤣.
Pasaros por mi perfil a leer el resto de historias💕

¿Qué os ha parecido el final?
Os leo en los comentarios, amores🥰

Tenéis la segunda parte en mi perfil, "Fuiste tú".

Besos,
AIRIN🧡

Eras tú ✔️#Tú 1Where stories live. Discover now