-¡Traigo los primeros!

Era Nick con dos perros, uno enorme con el pelaje color chocolate y otro diminuto on tonalidades doradas. Y tal vez, si supiera algo de perros sabría cual era el mas obediente, pero era obvio que jamás me habían interesado los animales.

-¡Nosotros el pequeño!

-Court.

Le suplique para que me dejara el pequeño a mí, pero claro estaba que se negó.
Nick me entregó la correa del chocolate y él comenzó a tirar hacia otro lugar que no era mi carrito, ni siquiera sabía como lo iba a subir.

Tan solo fue tirar un poco de la correa y quiso caminar hacia donde yo quería, no iba a ser tan complicado después de todo. Una vez en el carrito me agache para tomarlo y vi su collar: Max. Me reí al recordar al chico que solía ser en novio de Nick. Tome a Max pero era realmente pesado y ojalá ese fuera el problema, aquel estaba en que se movía demasiado y me daba miedo alzarlo.

Mire a la derecha y ellos ya estaban lavando el perro, le podía pedir ayuda a Matt, era lo mínimo que podía hacer por la amiga de su novia.

-Matt.

Lo llame en voz alta y de inmediato me miró, por suerte solo fue hacer una pequeña seña hacia Max y él se burló de mí para después irme a ayudar.

Una vez tomo el perro, este no se movió, permitiendo que Matt lo colocara en el carrito para lavarlo. Le agradecí y él volvió con Courtney. Mire a Max y se veía ridículamente enorme en una bañera tan pequeña, sin embargo no tenía en mis planes bajarlo por ahora.

Max se sentó, iba a colaborar y no pedía nada mas. Abrí el grifo para dejar que el agua fluyera y poder mojar a Max. Coloque la mano para tocar el agua, estaba helada, sin embargo acerque la corta manguera para que el agua llegara hasta el canino, este simplemente se movió, por lo cual de inmediato deje de mojarlo, se congelaría si seguía con esa agua.

Mire a la izquierda, había otra pareja y ya estaban lavando a su perro, después de ellos había una chica sola que no tenía el perro mojado y lo estaba llenando de jabón.

-Creo que no tendrás muchos puntos si no haces nada.

Era él.

Él.

Mire al frente y ahí estaba, con su cabello perfectamente peinado, pero su rostro no se veía bien, estaba cansado, tenía ojeras y sus labios esta vez no me sonrieron. Sus ojos se detuvieron en los míos, él no estaba bien.

A diferencia mía y de todos los que estábamos lavando perros o intentando hacerlo, él tenía una camiseta blanca como todos los profesores, además tal como ellos, llevaba una tabla con hojas y un lapicero.

-Iba a hacer algo, solo que... Esto no es lo mío.

-¿Nunca has lavado un perro? -mire a Max quien estaba jugando con sus patas.

-Nunca tuve uno.

Le dije en voz baja tratando de no mirarlo a los ojos, algo estaba mal y ese pequeño detalle cambiaba algo, algo que no quería soportar.

-¡¿Nunca tuviste un perro?! -su voz fue realmente alta, pero a nadie pareció importarle. Solo negué con la cabeza mientras alzaba la vista a él.

-Un perro en un apartamento solo no es una buena idea.

Él asintió y comenzó a caminar hacia mi carrito, cada vez que se acercaba más, sentía como el pulso se me aceleraba tal como la primera vez, sentía su olor, sentía que iba a caer al sentirme culpable de su apariencia.

-Puedo ayudarte, no quiero que pierdas el día aquí.

Di varios pasos a la izquierda para darle mas espacio, sin embargo él dio los mismos varios pasos a la izquierda borrando el espacio.

Fall ✔️ || #Wattys2015Where stories live. Discover now