𝒗𝒊. minerva's portable heart attack!

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     Aunque, de alguna manera, en los tres años que llevaban juntos, Harry está seguro de que Aurora no se ha dado cuenta de que su pelo hace esto. En cualquier caso, Harry no miente cuando dice que lo encuentra bonito. Casi tan bonito como cuando ella aprieta su nariz de botón pecosa en señal de concentración mientras sus ojos hojean las páginas del libro. O cuando sus gafas empiezan a resbalar de su nariz mientras se queda dormida y él tiene que quitarle las gafas de montura negra y desatar sus rizos de la forma en que los ha atado, porque sabe que le duele la cabeza cuando duerme con las gafas puestas y sabe que se enfada consigo misma cuando el lazo del pelo le deja una hendidura que es una pesadilla para arreglar a la mañana siguiente.

—¿Rory? —La suave voz de Harry bosteza.

     Aurora levanta la vista de su libro, sonriendo al ver a su mejor amigo bajando torpemente las escaleras de la sala común, frotándose los ojos cansados bajo las gafas.

—Hola, Harry. —Ella sonríe, moviéndose en el sillón para permitir que Harry se deje caer somnoliento en el.

     Ninguno de los dos se cuestiona lo natural que es para Harry sentarse de lado, permitiendo a Aurora sentarse entre sus piernas y apoyarse en su pecho mientras lee su libro. O lo natural que es para él empezar a revolverle el pelo, mientras ella pierde toda la concentración en su mundo, completamente absorta en el de Alicia.

      En realidad es bastante relajante para ambos. Aurora desprecia tener que ser siempre tan descuidada en su actitud, a pesar de la emoción que le produce. Ajena a las miradas celosas y juzgadoras, no le importa pasearse por el castillo de la mano de Harry. Aunque sabe que nunca podría mostrarse públicamente tan relajada con él.

     Eso daría lugar a rumores y ella desprecia los rumores.

     Aurora recuerda con nitidez su segundo año en Hogwarts. El año en el que se dio cuenta de lo mucho que apestan los rumores. Recuerda haber abrazado a Harry antes de las clases. Recuerda que Lavender Brown y Parvarti Patil iniciaron inmediatamente el chisme de que los dos niños de doce años estaban saliendo.

     Aurora recuerda que retrocedió dándole un puñetazo en la cara a Lavander y que luego procedió a decir tranquilamente que "podía ser amiga de quien quisiera, sin importar su sexo, muchas gracias". Tenía poco temperamento y, después de pasar una semana escuchando a la gente juzgar la relación de ella y Harry y acusar a Harry de ser el Heredero de Slytherin, se había derrumbado.

     Recuerda que la situación alertó al colegio de su mal genio y su actitud fogosa. El incidente la había llevado a una detención bastante divertida con Minerva McGonagall. La mujer, que sabe que Aurora carece de figuras paternas, se había dedicado, en primer lugar, a halagar su golpe (como cualquier buen padre debería hacer, cuando su hijo defiende su honor) y, en segundo lugar, a dejarla libre con una detención fácil.

      Un castigo que había consistido en que McGonagall se convirtiera poco a poco en la figura materna de Aurora, aunque la adolescente no se había quejado. McGonagall le había enseñado a escribir, deletrear y leer en primer año. En segundo, se convirtió en lo más parecido a un tutor que le importaba a Aurora.

—¿No has podido dormir? —Pregunta Harry, con curiosidad.

Aurora arruga la nariz con una confusión inconsciente: —¿Dormir?

     Dobla con cuidado la esquina de su libro, lo suficientemente ligero como para que no se arrugue, y lo coloca a un lado del sillón. Sus delicados dedos rodean su taza de chocolate caliente mientras da el último sorbo a la bebida.

EYE OF THE STORM ━━ harry potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora