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capítulo seis ; ¡el infarto portátil de minerva! ❪ colegio hogwarts, 1993 ❫
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LA Sala Común de Gryffindor, sin duda, es el lugar donde Aurora se siente más a gusto. No sabe si es por sus colores cálidos y los adornos colgados en carmesí y oro, o por la chimenea rodeada de libros que adora.
En cualquier caso, es un hogar. Fuera, el cielo es negro y está iluminado por las estrellas. Dentro, la niña de trece años está sentada, con un apellido Black y un nombre estrellado, acurrucada en un sillón carmesí. Un sillón en el que, debido a su pequeño físico, caben dos. Una novela muggle –Alicia en el País de las Maravillas– está agarrada en su mano y un chocolate caliente que Fred le había conseguido antes de subir a la cama descansa en la mesa a su lado.
Si le preguntaras, Aurora probablemente negaría tímidamente haber cogido un libro en su vida. Te dirá que pasa su tiempo libre en la cornisa de la azotea, fuera de los dormitorios, con un cigarrillo entre los delicados dedos y el viento soplando en su pelo... Lo cual, en parte, es cierto. Sólo que no ocupa todo su tiempo libre y sólo lo hace cuando siente que sus emociones la asfixian.
Aurora Black es más que un cigarrillo apagado. Pasa la mayor parte de las tardes –después de que todos se hayan ido a dormir, por supuesto– acurrucada leyendo en este sillón. Se permite abrazar otros mundos, mundos mucho mejores que el suyo. Aurora se permite pensar en un tiempo sin dolor ni sufrimiento.
Sólo una persona la conoce así. Sólo una persona se ha sentado con ella mientras se ahoga en novelas y novelas.
Harry James Potter se sienta a menudo junto a Aurora en el sillón (ajeno al hecho de que su madre y su padre se sentaron una vez de la misma manera que ellos, soñando su séptimo año en previsión de la guerra que se avecinaba). A menudo se le encuentra sentado, con una expresión de asombro en su rostro, ajeno a sus sentimientos, y haciendo girar los rizos morenos de su mejor amiga alrededor de su dedo –bueno, rizos morenos que tienden a transformarse en un color rosa cuando los dos están solos–.
