Diversas situaciones en las que el lindo Hyunjinnie se siente pequeño, y sólo desea hacer lo que todo bebé ama:
Jugar con sus peluchitos, tomar de su biberón, y recibir muchos abracitos por parte de sus compañeros, que, por cierto, lo miman demasiad...
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Hyunjin se había levantado tan contento aquel día, que no paraba de dar brinquitos por toda la casa. Corría como un pequeño salvaje, y explotaba en carcajadas cuando Minho intentaba atraparlo.
Con el fin de escapar de su amigo, se dirigió velozmente hacia la cocina. En su camino, volteó para visualizar la ubicación del castaño, y pronto chocó fuertemente contra alguien, sintiendo que su cabecita se humedecía, y un líquido se deslizaba hasta su cuello.
"¡Oh, Jinnie!" Christopher, quien prácticamente había sido interceptado por su niño, había perdido la estabilidad y sin querer, todo su jugo de naranja terminó escurriéndose por el cabello del pequeño.
Hyunjin pronto bajó la mirada.
"Lo siento, papi..." Murmuró a modo de disculpa, y Chan suspiró aliviado. Estaba feliz al saber que no había lastimado a su chico con el vaso de vidrio que hace minutos se había vaciado en su cabecita.
"No te preocupes, amor. Ven, vamos a darte un baño..." Chris se apresuró a dejar su vaso en la mesada, y tomó a su niño en brazos, permitiendo que este enredara las piernitas en su cadera, y se aferrara a él. Había pasado bastante tiempo desde la última vez que lo había cargado de esa forma, y se arrepintió de no hacerlo más seguido, pues se sentía muy cerquita de su bebé, y creía que aquello, lograba forjar un lazo de confianza más grande entre ambos.
Subió las escaleras con tranquilidad, sin importarle si el jugo de naranja también llegaba a tocar su cuerpo; su prioridad era mantener limpito al menor.
Lo dejó suavemente en el baño, y pronto corrió a buscarle una muda de ropa. De hecho, en unas pocas horas, debían encontrarse listos para partir, así que aprovechó aquel incidente para vestirlo correctamente.
Hoy era el gran día. ¡Verían a las Princesitas Encantadas en vivo!
Esa era la razón por la que el menor parecía haber consumido azúcar durante toda la noche. Channie y Lixie le habían regalado tres entradas para el recital, por lo que él había decidido llevarse a papi y a Minho como acompañantes, pues eran la combinación perfecta entre diversión y protección.
Christopher había tardado más de la cuenta en cambiar a su bebito, porque realmente estaba demasiado inquieto.
"¿Tú crees que la princesita de la naturaleza me dará un autógrafo?" Preguntó de manera adorable, mientras el rubio le secaba el cabello y lo peinaba con mucho cariño.
"Claro que sí, Jinnie. También me encargaré de sacarte muchas fotitos para que puedas tener varios recuerdos del show"
Hyunjin apretó suavemente los bordes de su hoodie robado, y Chris no dejó pasar aquel detalle. Conocía tanto a su pequeño, que supo inmediatamente que estaba nervioso.
"No tienes que tener miedo, bebé. Todo saldrá muy bien..."
"¿Y si me dice algo por ser un niño?" Inquirió con dulzura, aún con su cabecita gacha.
