- Prometeme que cuando regrese seguiremos juntos - súplica el chico.
- Lo prometo. - comenta la chica y cierra los ojos tratando de no llorar.
"Donde dos mejores amigos se separan por la meta de cumplir sus sueños.
Nadie sabe lo que le prepara el d...
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Bajamos del auto y mi madre tocó la puerta. Mi hermano y yo íbamos detrás de mis padres.
Mi pie se movía impaciente y mi hermano se percataba de todo mi nerviosismo. El me extiende su brazo, y yo enrolló el mío en el.
— No te dejaré sola hermanita. — me susurra y yo asiento con una sonrisa. Mi hermano es el mejor, a decir verdad el que solo me lleve un año hace que nuestra relación sea muy buena.
— Gracias. — agradezco y el ruido de que la puerta se abrió me estremece.
— Amelia, Henry. Que gusto verlos de nuevo. — se escucha la voz de Nikki en la puerta.
— Gracias por invitarnos. — mi madre abraza a su amiga de casi toda la vida. — Ya extrañabamos Londres.
— Pasen.— comenta la señora Holland, su cabello luce mucho más corto y pelirrojo, sigue teniendo esa bella sonrisa. Luce muy hermosa.
Todos nos adentramos a la casa. Sigue igual a pesar del color de las paredes y algunos cambios de muebles. Las escaleras casi en la entrada seguían. A la izquierda se encontraba la sala, que daba un pasillo pequeño a la cocina y de ahí al jardín. Del lado derecho seguía la oficina o también conocido como la sala de estudio, cuando regresábamos de la escuela.
— Vaya, Min. Si que creciste. — Nikki me mira asombrada y me brinda uno de sus cálidos abrazos.
— Si, crecí. — afirme en medio del abrazo. — Ya extrañaba verte Nikki.— me separé de ella brindándole una sonrisa.
— Ay Min, que gusto. Vayan al patio, Dom y los muchachos están allá.— comenta Nikki y todos hacemos caso.
Llegamos al patio y vemos como 4 chicos están jugando al baloncesto y otro chico esta animando, todos dan la espalda hacia nosotros asi que no los identifico muy bien.
— Hola Henry.— escuchamos la voz de un hombre hablarle a mi papá.
— Dominic. — responde papá y se acerca a él para darle un abrazo. El señor Holland se veía mucho más delgado y sus chinos relucian demasiado.
— Hey chicos vengan a saludar. — grita Dom.— Charles, que alto.— exclama con sorpresa al ver a mi hermano, quien le saluda.
— Si, creo que al final no me quede chaparro.— contesta mi hermano haciéndonos reír. A pesar de que el era el mayor yo era más alta que él. Hace unos 4 años mi hermano se dió un estirón.