Epílogo

482 13 3
                                    

Todavía miraba a mis dos hijos y no me creía que eran míos ninguno me obedecen solo a su padre quien con solo la mirada le dice todo.

Ana y Jackson dos diablillos y angelitos a la vez si lo ven creerán más que son angelitos pero si lo conocen y pasan al menos un día con ellos se darán cuenta de lo que les hablo.

Ana tiene 10 y ya se viste como una joven cita y su papá la consiente Jackson de apenas 7 se creé un hombre y su papá lo apoya. Y ahora yo salgo siendo la mala y se supone que yo iba ser la madre consentida y es todo lo contrario es Jack él padre consentido.

— niños bajen ahora o sino iré por ustedes y los traeré por las orejas – exclamó para que bajen pero nada.

— me están escuchando!hablo enserio Ana y Jackson !– grito molesta y ellos bajan vestidos en conjunto pero yo los visto así cuando van a salir.

— aquí estamos mamá – dice Ana agachando la cabeza.

— a donde creen que van ?– pregunto frunciendo él ceño.

— vamos a ver a la abuela – contesta Jackson mirándome con sus ojos grices

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— vamos a ver a la abuela – contesta Jackson mirándome con sus ojos grices.

— y porque la van a ver además a quien le pidieron permiso – exclamó – eh conteste me –

— la abuela esta enferma por eso iremos – habló Ana con su mirada de angelito.

— y tú desde cuando aprendiste a mentir,mi mamá esta perfectamente bien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— y tú desde cuando aprendiste a mentir,mi mamá esta perfectamente bien. – digo y me siento en él comedor — ahora a la mesa – señaló sus asientos.

— pero mamá...– protestó Ana

— he dicho ahora y cuando baje su papá no quiero que le rueguen porque cuando digo no es no – advertí.

— y ahora que le hicieron a la reyna niños — habló Jack bajando las escaleras.

— nada pa' — dijeron los dos y se sentaron luego Jack pero ellos seguían de brazos cruzados mientras Jack no dejaba de mirarme.

Amada por un hombre Peligroso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora