Capítulo 20: Karma

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Eso sí lo escuchó con claridad.

Una ola de interés hizo que el presidente quisiera molestarlo un poco y ver sus reacciones ante varias frases.

—¿Por qué quieres morderme? ¿Me odias?

—No odiar.

—¿Por qué quieres morderme?

—Marca...

El presidente contuvo la risa que amenazaba con salir de sus apretados labios, su estómago parecía estar apunto de estallar, la apariencia tonta de Hui Ying con su cabello hecho un nido de pájaros era adorable y graciosa al mismo tiempo.

—¿Dónde quieres morderme?

—Cuello...

—Ying Ying, mi amor, si me muerdes, me va a doler. ¿No hay una mejor forma de "marcar"?

—Malo... Siento.... No morder.

  "He sido malo contigo, lo siento, no te morderé". Era lo que deseaba decir.

El presidente Shuo besó su mejilla con toque de pluma, no deseando despertarlo.

—Hui Ying, ¿el presidente Shuo es tuyo? —murmuró encantado el ojiazul.

—Mío. —repitió varias veces.

Un enrojecimiento casi imperceptible se posó en las orejas del presidente Shuo Tai.

—En, el presidente Shuo es tuyo.

—Mío...

Riendo levemente, le ordenó.

—Duerme, cariño.

Fue así que luego de una noche en vela, el presidente Shuo pudo dormir al sostener por la cintura a Hui Ying, quién por fin se había quedado quieto.

Cualquier persona se hubiera irritado, o molestado por los problemas ocasionados, pero el presidente Shuo era una excepción, mientras Hui Ying no se lastimara, hiciera lo que él hiciera, Shuo Tai sería feliz con ello.

El Sol estaba en su punto más alto para cuando Hui Ying se despertó.

El joven bostezó con pereza, se dio cuenta de que estaba en los brazos de su hombre, y se regañó internamente.

Mierda, ayer pretendía tener una noche apasionada con Shuo Tai, más sin embargo, ¡terminó durmiendo! Que desperdicio de noche, pensó.

El cuerpo de Hui Ying era uno que había recibido abstinencia sexual por más de 18 años.

Cuando Hui Ying recuperaba sus recuerdos, él recibía los de su vida pasada. Aparte, los recuerdos de la vida que llevaba hasta el momento que transmigró se integraban a él. En resumen, era como si hubiera estado sin su hombre durante una vida trágica en donde murió, y también en los 18 años que había vívido hasta el momento.

Amargamente lo dejó pasar, más tarde podría hacerlo con su pareja, no había porqué ponerse hosco, ahora estaba junto a él, no debía de preocuparse por nada.

Hui Ying escuadriñó cada parte del rostro del presidente Shuo, acercándose a él, y picoteando sus labios.

—Hui Ying. —murmuró, reincorporándose y frotando el cabello del menor.

—Tai Tai, tengo hambre. —gimió.

—¿Cuál de los dos tipos? —Hui Ying quedó estupefacto por un momento, su cerebro tardó en entender el sucio chiste del hombre.

—¡Hambre de comida normal! —bufó.

Shuo Tai rió y se dirigió al baño para cepillarse y lavarse.

El Sistema De Reencarnación PerpetuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora