vii | she isn't a weasley

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Skuld se sentó junto a Dean, mirando fijamente a Moody sin apenas pestañear. Ese hombre... Ese hombre la inspiraba algo malo. A su alrededor, ese aura idéntica a la de Igor Karkaroff y aquel hombre de los mundiales la abrumaba de sobremanera, llevándola a tener sus momentos de imaginación donde unos ojos grises la atormentaban.

- Skuld... Weasley - por un momento, el hombre fue a decir otro apellido cuando pasaba lista, algo que hizo tensar a la pelirroja en su sitio, recordando también el susurro de Narcissa Malfoy en los Mundiales. Apretó los puños, odiando la presencia del hombre, sintiendo que podría vomitar-. ¡Skuld Weasley!

- Presente - dijo, apretando aún más los puños, escuchando como nombraba a Ron y Zabini antes de terminar de pasar lista. En cuanto guardó el pergamino con los alumnos, la miró directamente, lo que hizo que un temblor la recorriera de pies a cabeza.

Alastor Moody, como había sido presentado, era el tan conocido Ojoloco Moody, uno de los mejores aurores del Ministerio, un hombre tocado por los magos tenebrosos (sus cicatrices, amputación de pierna y ausencia de ojo lo demostraban bastante bien) y que muchos decían que estaba perdiendo la cordura. Skuld no entendía como ese hombre había llegado a ser su profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, pero, como ella no tenía decisión sobre los profesores, no podía quejarse de la mala elección de Dumbledore.

Mientras navegaba en sus lagunas mentales sin prestar atención a la clase sobre maldiciones imperdonables de Moody (parecía ser su tema favorito), Skuld notó un tacto suave en su puño cerrado debajo de la mesa, por lo que desvió la mirada ahí, descubriendo la mano de Dean tomar la suya con algo de duda.

Toda esa ira retenida volvió a desaparecer.

Pero, ¿y si...?

.....

Un hombre lleno de cicatrices entró al despacho del director, sentándose de inmediato en una silla frente al mago, y mirándole fijamente, sin saludarle siquiera. El ambiente parecía tenso, tan tenso que, cualquiera que entrara por esa puerta, querría salir de inmediato. Ese mismo hombre suspiró, sin poder aguantarle la mirada al anciano de barba blanca.

- ¿Alguna vez se lo dirá?

El profesor Dumbledore, aún mirándole por encima de sus gafas de media luna, negó con la cabeza, las comisuras de sus labios temblando ligeramente, y la barba balanceándose ligeramente.

- Yo no soy la persona indicada para contarla algo tan importante, Remus - se incorporó ligeramente en su silla-. Ni tú tampoco.

- ¿Entonces quién, profesor Dumbledore?- alzó un poco la voz, mostrando la frustración, el enojo, la tristeza-. Hay muchas cosas que ni si quiera yo puedo entender a pesar de saber la condición de Skuld, pero estoy seguro que usted podría resolver toda duda.

El anciano hombre se apoyó en el escritorio de madera, y todos los cuadros, atentos a la conversación, siguieron sus movimientos minuciosamente, alertas hasta a los suspiros de ambos hombres. Todos los cuadros recordaban perfectamente la conversación que tuvieron esas dos mismas personas hacía ya trece años. El tema seguía siendo el mismo, más no las condiciones. También recordaban el momento donde, a principios del año anterior, el licántropo entró de manera rápida, anunciando que estaba dispuesto a decir toda la verdad a la muchacha, incluyendo las suposiciones del director sobre su futuro.

- Créame, Remus - Albus parecía haber cambiado su tono de voz a uno más suave-. Me gustaría entender también muchas cosas sobre Skuld Weasley.

- No la llame por ese apellido, profesor - negó el hombre, con lágrimas en los ojos y apretando la mandíbula con rabia-. Ella no es una Weasley.

- Para todo el mundo, Skuld es la penúltima hija de los Weasley, Remus.

- ¡Sirius y yo recordamos todo!- gritó-. ¡¿Acaso se imagina como es vivir viéndola sufrir por quien cree su familia?!

- ¿Y con quién podría estar Skuld, si no es con los Weasley?

- ¡Conmigo! Soy su...

- ¿Profesor Dumbledore?

La voz de Barty Crouch les interrumpió, y Remus salió de ahí sin despedirse del mago, el cual miraba al hombre lobo con un brillo lleno de nostalgia y algo de tristeza.

.....

- Quiero una novia.

El repentino comentario de Zabini hizo a Nott estallar en carcajadas, olvidándose completamente de su libro y dando un golpe a una adormilada Weasley. Los tres, tirados en el sofá más cercano a la chimenea de la Sala Común de Slytherin, parecían estar sumidos en el mundo de la tranquilidad. Mientras que Skuld trataba de conciliar el sueño alejada de Pansy Parkinson y Astoria Greengrass (principalmente), Theo leía un libro sobre Encantamientos, y Blaise divagaba murmurando cosas cada cierto tiempo para que solo ellos pudieran escucharlo.

-

El sueño te afecta, Zabini - bostezó Skuld, dándose la vuelta y apoyándose ligeramente en Theo, el cual la colocó la manta que había bajado del dormitorio de chicos para que no pasara frío en pleno octubre con una Sala Común tan helada-. Duerme también un rato y deja de decir boberías, o te cortaré la lengua.

- No tengo sueño - negó, quejándose como bebé-. De verdad quiero una novia.

Theo cerró el libro tras marcar la página con un trozo de pergamino, y le dejó en una mesa cercana sin levantarse. Tras poner su libro en un lugar seguro, se giró de nuevo para mirar al moreno con los brazos cruzados y un gesto de duda.

- ¿Acaso te gusta alguna chica?

Los ojos verdes de Skuld se abrieron de golpe, incorporándose y mirando también a Zabini, ansiosa de saber quién podría haber ganado el corazoncito del Slytherin más extraño de toda la historia de Hogwarts. Blaise carraspeó, camuflando una risa, y apoyó un brazo en el respaldo del sofá, pasando por encima de los hombros de Theo y acabando con su mano sobre la cabeza de Skuld, despeinado aún más su incontrolable melena naranja con rizos sueltos.

- No.

Skuld frunció el ceño dando un manotazo a Blaise, y trató de comprender a Zabini.

- ¿Entonces para qué quieres una novia?

- Porque quiero abrazos y mimos, pero Skuld es peor que un iceberg - suspiró de manera dramática-. Más fría que Rusia, más sola que una piedra en el Sáhara.

Cómo respuesta, Skuld se quitó una zapatilla y se la tiró a la cara, comenzando así una guerra entre ambos, donde Theo se vio incluido al recibir un tirón de pelo de alguno de los dos imbéciles, y que acabó con Terrence Higgs, prefecto de Slytherin de quinto, mandándoles a la cama tras amenazarlos con todo tipo de hechizos.

Sin que el rubio prefecto se diera cuenta, Skuld lanzó el libro de Theo hacia Blaise, acertando en plena frente y haciéndole caer de espaldas por la potencia del lanzamiento.

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No, hoy no hay imagen porque el WiFi ha muerto

Haré un cast, seh, que os parece? Así veremos a quien pongo para Blaise, Theo, Khronos (ya os habíais olvidado de él, ehh) y Skuld

Skuld Weasley ⚊ 𝙃𝘼𝙍𝙍𝙔 𝙋𝙊𝙏𝙏𝙀𝙍Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora