Angel

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En un barrio pintoresco, el sol mañanero iluminaba con todo su esplendor las ventanas cerradas de los locales situados en la zona. Los colores brillantes de las casas y tiendas resplandecían por los rayos y el cielo se teñía de diversos colores para combinar e igualar la dinámica que prevalecía en el barrio.

Era comienzo de primavera y la brisa helada del invierno paseaba de vez en cuando sin deseos de irse, congelando a los ingenuos que creían ya poder salir de sus hogares sin guantes y gorros. Pero los rayos de las mañanas empiezan a calentar más, y los días amanecen más temprano, lo que significa una despedida inminente a la fría estación. Sin embargo, esa mañana el viento jugueteaba como si su tiempo no hubiera pasado, haciendo pasar mal rato a aquel chico que corría por las calles en dirección a su trabajo, que iba con menos de tres capas y un tapabocas solo para cubrirse.

Con las manos rojas y articulaciones entumecidas, Seokjin abrió la puerta de su tienda lo más rápido que pudo mientras marchaba sobre sí mismo, en un intento de mantenerse caliente al estar en constante movimiento. Logró entrar luego de varios intentos desafortunados, la oscuridad y perfume abrumándolo de repente, a pesar de su barbijo, como todos los días.

Abrió cortinas y ventanas para que el sol compartiera un poco de su luz al interior de su local. Dejó su chaqueta sobre el mostrador y colocó su delantal antes de empezar a ordenar un poco. Continuó con su rutina matutina de acomodar, contar y controlar. Puso música en un intento de compañía, al menos hasta que su compañero llegara. Las voces armónicas llenaron el vacío silencioso que Jin ocasionaba cuando se concentraba en los números y pedidos.

Su itinerario del día estaba casi finalizado cuando la campana que colocó el día anterior sonó, avisándole que olvidó cerrar la puerta correctamente y cualquiera podía entrar aún si no era horario de apertura. Para su suerte, no era otro que su compañero.

Debido a sus abrigadas ropas, Jin podía suponer que él si se había tomado la molestia de revisar el tiempo antes de salir de casa. Eso, o era mucho más friolento que Jin. Parecía una bolsa gigante negra en medio del colorido local.

"Buen día, hyung. Olvidaste cerrar la puerta, de nuevo" saludó. Jin siguió con su tarea.

"Buenos días, Jungkookie. Olvidaste ponerte tu bufanda" le contestó, sarcástico. El chico no dejaba piel a la vista con las capas de ropa que llevaba puestas.

Su compañero, Jungkook, soltó una risita mientras se sacaba poco a poco sus capas contra el frío. Pronto quedó con una camisa blanca igual a la suya, y se colocó el delantal azul con ágiles dedos.

"Por favor, riega las flores que están adelante y luego ponte a trabajar en los encargos. ¿Desayunaste?" preguntó. Colocó el horario del día en la pizarra junto al mostrador, para que funcione como fácil recordatorio. Jungkook se apresuró a hacer lo que le pedían, porque el niño siempre se apuraba. A veces era agotador para Jin, quien hacía todo a una velocidad pausada y tranquila, mientras que el menor estaba constantemente acelerado. Ah, la juventud.

"No, aún no."

"¿Deberíamos pedir algo? ¿Qué quieres? Con este frío me urge una chocolatada caliente" Jin dijo, ya con el teléfono en la mano y la marcación rápida de su café favorito.

"Un latte esta vez" le contestó, casi saltando hacía las flores para refrescarlas.

"MiniMoni Coffee a su servicio"

"¡Aigo, Mini! Cada día tienes una voz más bonita" al otro lado de la línea se escuchó una risa.

"Soy yo quien tiene el placer de escuchar la voz de Kim Seokjin en las mañanas."

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⏰ Last updated: Nov 04, 2020 ⏰

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A Poem For Small Things | [2seok]Where stories live. Discover now